Bien valdría la pena olvidar la indiferencia con que oyó nuestros ruegos el Ayuntamiento, pero nuestra misión nos obliga a emplear algunas líneas, no para comentar por rutina, - de cuyo sistema huimos- ni para descargar el condensador de las pasiones políticas, sino para emitir nuestro juicio, imparcial, franco y noblñe, sobre el rumbo de la nave de la Administración municipal.

Para el que observa sin prevenciones ni apasionamientos la marcha de la administración de la casa del pueblo, ha de ser sugstivo el cuadro que se presenta como una consecuencia directa de la negligencia con que nos mira parte de los individuos que componen la Corporación municpal.

Pretendemos tomara aserio el desdén con que acogen algunos concejales los jhuiciios que vienen formando LA VOZ DE BUEU sobre la administración municipal, sería tarea por demás inutil y de ningún mérito.

Nosotros cuando discutimos procuramos probar de la manera más palmaria que esté a nuestro alcance, la razón denuestros juicios, y por cierto que a lo que el concejo atañe motivos tenemos para dcir que en nuestro Ayuntamiento los servicios andan como Dios quiere, originando una Administración detestable.

Esto lo venimos demostrando con pruebas fundadas, y a pesar de nuestras censuras la mayor parte de nuestros ediles no se corrigen ni enmiendan.

Si Bueu se ve con indiferencia los actos más censurables, no es porque no cuenten con suficientes energías, sino que comprenden tal vez, que mientras no vayan a ocupar las poltronas de nuestro Ayuntamiento personas llenas de iniciativas y de empuje, no se podrá cortar la añosa raíz de apatía que reina en el seno de la Corporación municipal.

No habla por nosotros la pasión política, de la que distamos mucho. Una sola aspirtación nos mueve e impulsa. Trabajar a medida que nuestras fuerzas a fin de que este abandonado distrito, digno de mejor suerte prospere y se iguale a los mejores de su clase.

Pero la verdad del caso es que si reflexionamos un momento precisamente sobre esto, en lo que la mayor parte de las gentes de este distrito está de acuerdo con nuestras apreciaciones, porque son nacidas de generosa aspiración, notamos que nuestro Ayuntamiento en vez de hacer sentir todas nuestras palpitaciones, todas nuestras necesidades , teniendo en la cárcel de los férreos inconvenientes las energías de un pueblo que quiere seguir adelante porque ha visto luces llamativas que el sol del progreso destella y dignifica, que no quiere vivir olvidado porque siente el émulo de lo grande, que quiere inmiscuirse como entidad autónoma en el concierto de la vida progresiva, en vez, repetimos, de abrir los brazos a las iniciativas –que son primogénitas de grandes aventuras- anhela , acaso con marcado acento, parte de nuestro consejo, si posible fuera , no abrirnos el corazón franco y cariñoso para estimularnos en nuestra empresa periodística, llena de desvelos y cavilaciones sino poner vallas, barreras, obstáculos e inconvenientes a todos nuestros trabajos, y hasta no sería difícil para dejar bien sentados sus deseos, envolvernos en papel de oficio.

Nosotros hemos invitado a nuestro Ayuntamiento, que por galantería, no por deber ni obligación, se nos remitiese un extracto de los acuerdos de las sesiones. Lo hemos pedido en la forma más humilde y cortés y a pesar de esto recibimos a toneladas el desdén.

A caso no pese toda la culpa sobre nuestro Alcalde, a quien discutimos, no como hombre que no nos merezca acatamiento, pues todos sabemos que es una persona en el terreno particular- alejado de su cargo- de inmaculada honradez y querido por todos sus amigos, pero como alcalde no podemos ofrecerle – a parte del respeto que le debemos como autoridad- el parabién del elogio.

Pero dejémonos de disgresiones.

Volvamos a la Administración municipal.

Nosotros pedíamos en nuestro número último que deseábamos saber en que fueron invertidos los ingresos que por razón de altas y bajas se cobraron en el municipio durante años anteriores.

Y otra vez repetimos ¿ Se puede o no saber en que fueron invertidos dichos ingresos?

¿Por qué nuestro Ayuntamiento cuando de este asunto se trata, da por respuesta la callada?

De continuar tal sistema serían incorrecciones públicas por parte de nuestro Ayuntamiento, quien no se dimiriría de los ojos del pueblo.

Y ahora preguntamos ¿La misión del edil es de carácter personal o general?

¿ el pueblo pide que se gaste en el Concejo vana palabrería, o la palabra que aconseja e ilustra?

¡No, por Dios! No se equivoquen algunos concejales, si esperan hallar acogida ante la opinión.

Además, ¿ y de los ingresos que cobra el Ayuntamiento por concepto de entrada de vehículos?

¿Se destinan estos ingresos a la reparación de la calle de la Playa y Príncipe?

Tenemos entendido que no.

¿A qué se destinan entonces los ingresos que cobra el municipio respeto a los carruajes?

¿Qué necesidades más imperiosas tiene este pueblo que la realización de fuentes alumbrado, y reparación de caminos?

Es, ya se sabe, sermón perdido.

Es pedir peras al olmo.

Por eso se nos está antojando que cuantas declamaciones traigamos a nuestras columnas por est pueblo, merecerán la misma atención con que fueron acogidas, las que antes de hoy expresamos en este periódico.

Triste es en verdad que tengamos que acogernos a una sentencia castellana que dice que pobre porfiado saca mendrugo.

Menos mal si a la postre puede entonarse "finis coronat opus" de los refranistas latinos.