MANUEL
ANTONIO BARES
Introducción
Manuel Antonio Bares Giráldez ha
sido una de las figuras intelectuales y sociales más importantes que ha dado el
mundo de la emigración gallega en Sudamérica. Manuel A. Bares. como firmaba sus
trabajos periodísticos y literarios, ha sido un hombre que se forjó a sí mismo
en el difícil entorno de un país ajeno en el cual sólo sus profundas
convicciones y su personalidad le llevaron a labrarse una vida dedicada al
desarrollo social y económico de su patria de adopción. sin olvidarse de ayudar
en todos los aspectos a la amplísima colonia, allega emigrante en la República
Argentina.
El periodista y literato. nacido
en la villa pontevedresa de Bueu a mitad del pasado siglo, fue una de las
personalidades más influyentes en la sociedad Argentina de principios del siglo
XX ya que a su inicial vocación periodística y, educativa, añadió, con el paso
de los años, su preocupación por el desarrollo político y económico argentino y
también mostró su ayuda y apoyo a los miles de emigrantes gallegos llegados a
aquellas tierras, a través de la potenciación de los organizaciones
aglutinadoras de los colectivos emigrantes gallegos y españoles.
El presente estudio sobre la
figura de Manuel A. Bares ha contado, de entrada. con una dificultad por demás
curiosa, cual fue la práctica inexistencia de documentación bibliográfica y,
documental sobre este personaje en los miembros de su familia residentes hoy en
Galicia. Pese a su prolífica obra periodística y a la publicación de varios
libros. Manuel A. Bares no parece existir a efectos documentales para su
familia gallega y ya no digamos para el, mundo literario y periodístico de
nuestra Comunidad Autónoma, pese a ser una de las figuras más importantes de su
ámbito cultural.
La labor periodística y literaria
desarrollada por Manuel A. Bares se centró en su producción en tierras
argentinas. con la publicación de sus trabajos periodísticos en los principales
periódicos y revistas de aquel país y manteniendo siempre contacto con el
entorno cultural gallego mediante sus trabajos en los más importantes diarios y
revistas del mundo de la emigración en tierras argentinas.
La firma de Manuel A. Bares llegó
a gozar de prestigio internacional a principios del presente siglo por sus
trabajos sobre la realidad europea y mundial, logrando un reconocido éxito en
los círculos intelectuales con sus trabajos sobre la Primera Guerra Mundial Y
sobre el papel de Alemania, así como provocar apasionados debates sobre la
configuración política española. Bares se convirtió, ya en el otoño de su vida,
en un periodista escritor experto en cuestiones latinoamericanas y,
tristemente, menos prolífico, al final de su vida, en cuanto a las cuestiones
gallegas y españolas.
La importancia de Manuel A. Bares
para el mundo cultural gallego radica en sus esfuerzos por mantener viva la
llama de Galicia en las tierras argentinas. Con una vida intensa, Bares sería
un ejemplo del hombre hecho a sí mismo, el mundo de la emigración' le sirvió
para valorar más su tierra y trabajó en las sociedades y medios de comunicación
que la colonia gallega mantenía en Argentina.
Al tiempo. y ya cuando era hombre
de fortuna, colaboró activamente para sustentar económicamente estas entidades
e incluso enviar sustanciosas donaciones monetarias para actividades sociales y
culturales de Galicia en general. y de su villa natal en particular. Estas
donaciones también beneficiaron a una numerosa población española de tierras
castigadas a principios de siglo por catástrofes naturales, encabezando él
mismo las suscripciones de ayuda entre la colectividad emigrante en Argentina.
Su carácter y convencimiento
republicano fue una de las características más destacables de su personalidad y
una guía permanente en su vida. Su defensa de los valores republicanos le
llevó, en su día y con veinte años, a emigrar desde Bueu a la República
Argentina; le ganó amigos entre el colectivo social argentino y le sirvió para
implicarse activamente en la vida, política de su ciudad de adopción. Mercedes,
y posteriormente, en la capital federal, Buenos Aires.
Su calidad humana fue clave para
desarrollar una intensa y apasionada actividad en su larga vida (murió a los
noventa años) en Argentina. Su bagaje cultural le permitió escribir sobre una
amplia variedad de temas, pese a su predilección por asuntos de política
internacional. Sus dotes literarias le dieron un prestigio entre el mundo
intelectual de aquellos. primeros años del presente siglo y le valieron la
amistad de los mejores autores de la época.
Quizás sus muchos años de
residente en Argentina motivaron su olvido en tierras gallegas, pese a que
Bares prodigó sus visitas de temporada a Galicia y España. Unas visitas que le
servían para mantener su amistad con personalidades de la talla del escritor
Miguel de Unamuno (el cual le visitaba en Bueu) o de Curros Enríquez. Un
injusto olvido que este trabajo pretende paliar en parte.
HISTORIA
DE UN INCONFORMISMO
"La epopeya del trabajo está todavía por
hacer. En ningún metro conocido han cabido ni cabrán probablemente los
martirios,
los dolores, las angustias, las meditaciones y los heroísmos de los que,
desheredados de la suerte, sin haber nacido en dorada cuna, antes habiendo
probado desde sus abuelos todos los rigores de la miseria, y todas las
tristezas de un adverso destino, abandonados a sí mismos, consiguen por la
perseverancia y el trabajo, esas dos virtudes por excelencia creadoras, romper
los lazos de secular servidumbre y destacarse sobre el nivel social, ricos,
poderosos y en condiciones para remediar las desgracias de sus
semejantes".
CURROS ENRÍQUEZ
(en "Tierra Gallega", La Habana)
Manuel Antonio Bares Giráldez
nació en la villa pontevedresa de Bueu el 27 de un frío mes de enero de 1855.
Según consta en el registro del libro de bautizos de la iglesia parroquial de
San Martín de Bueu. Manuel Bares Fariña y su esposa Maria de los Dolores
Giráldez eran vecinos del barrio de la Playa (lo que en la actualidad conforma
el centro urbano de la villa en la orillamar). El registro del nacimiento de
Manuel Antonio señala que había nacido a las ocho de la noche y en el bautizo
estuvo apadrinado por José Manuel Agulla y María Bunset. El niño fue bautizado
por el cura párroco Joaquín González Gómez (natural de la población
pontevedresa de San Jorge de Sacos y fallecido en Bueu el 6 de marzo de 1886).
Según consta en este documento,
los abuelos maternos de Manuel Antonio Bares eran José Giráldez y Josefa Pérez,
ambos naturales y vecinos de la parroquia de Darbo perteneciente al vecino
término municipal de Cangas do Morrazo. Se da la casualidad, de que la madrina
de Manuel Antonio , doña María Bunset (soltera según el texto del libro
registros parroquial), también sería dos años más tardes, la madrina de su
hermano Ramón Bares, nacido el 31 de enero de 1857, según consta en el libro de
bautizos de la parroquia.
La rama de los Bares procedía del
municipio de Moaña, según se recoge en las investigaciones de José María
Estévez, un vecino de Bueu que se dedicó a lo largo de muchos años a recopilar
todos los datos significativos sobre la vida de este
municipio y logró realizar un borrador
de libro que es un compendio de la historia
social y económica de Bueu. Según José María Estévez, Juan Bares y Cipriana
Piñeiro vivían en Moaña y su hijo Francisco se dedicó al oficio de sastre. Posteriormente
se casó con una joven moza de Bueu
llamada Josefa Fariña de la cual tuvo dos hijos: Manuel Bares Fariña, padre de
nuestro Manuel Antonio, y Ramón Bares Fariña.
Ramón Bares Fariña, nacido en 1833, fue maestro y unos de los personajes más influyentes en la vida social y cultural del municipio y la villa de Bueu, siendo uno de los miembros destacados de una de las familias vinculadas al mundo de la .enseñanza en Bueu como lo fue la familia Bares. Ramón Bares se casó con Aurora Castellá García y tuvieron cuatro hijos: Filomena. Francisco. Ramón y Aurea.
Vivió
durante muchos años en la carretera a la iglesia parroquial de San Martín de
Bueu, calle que hoy en día y en su honor, lleva su nombre en recuerdo a los
muchos años que dedicó Ramón Bares al mundo de la enseñanza. Esta placa y el
correspondiente homenaje le fue rendido a Ramón Bares en el año 1919 en el
transcurso de unos grandes festejos en honor a la virgen del Carmen, en los
cuales y según las crónicas de la época, habían intervenido las bandas de
música del Regimiento de Zaragoza y la banda Lira de Rivadavia (Ourense),
dirigida por el maestro Campos. En una de las paredes de la casa donde vivió el
recordado maestro nacional, fallecido el 18 de enero de 1913. a los 85 años de
edad, se descubrió una placa con la cual se denominaba a aquella carretera a la
iglesia, la calle Ramón Bares.
Por su parte, Manuel Bares Fariña, nacido en 1823. se casó con Maria de los Dolores Giráldez, una joven moza natural de la parroquia canguesa de Darbo e hija de José Giráldez y Josefa Pérez. De este matrimonio nacieron cuatro hijos: Francisco (que recibió el nombre de su abuelo) , Matilde, Manuel Antonio y Ramón (en honor a su tío), Manuel Antonio Bares Fariña llegó a ser alcalde del municipio de Bueu en el período comprendido entre 31 de Octubre de 1868 y el año 1869.
Por su parte,
Manuel Bares Fariña, nacido en 1823, se casó con María de los Dolores Giráldez,
una joven moza natural de la parroquia canguesa de Darbo e hija de José
Giráldez y Josefa Pérez. De este matrimonio
nacieron cuatro hijos: Francisco (que recibe el nombre de su abuelo),
Matilde, Manuel Antonio y Ramón (en honor a su tío), Manuel Antonio Bares
Fariña llegó a ser alcalde del municipio de Bueu en el período comprendido
entre el 31 de octubre de 1868 y el año 1869.
El primogénito, Francisco
Bares Giráldez, nació en 1851 falleció a los quince años en 2 de octubre de 1866. Se dio la casualidad
que con el entierro del joven Francisco Bares se procedía a realizar el primer
enterramiento en el nuevo y recién inaugurado cementerio parroquial construido
al lado de la iglesia de San Martín, camposanto cerrado hace muchos años y que
en la actualidad sus terrenos, una vez levantadas todos los enterramientos, se
destinarán a una obra municipal.
Manuel Bares Fariña fue el
primer miembro de la familia que ejerció como maestro nacional, paso que
posteriormente fue seguido por su hermano Ramón (diez años más joven que él La
tradición pedagógica fue seguida por su hija Matilde Bares Giráldez. quien
llegó a ser una de las maestras más carismáticas de finales del pasado siglo y
principios del actual en la vil la de Bueu.
Nacía Manuel Antonio Bares
en pleno bienio progresista, bajo el reinado de Isabel II. Quizás queda
destacar y preguntarse si su posterior posicionamiento en las ideas
republicanas no le hubiesen venido marcadas por su aparición en aquellos dos
años aislados del denominado progresismo que representaban los generales
Baldomero Espartero y Leopoldo O'Donnell, en el marco de una época marcada por
el dominio absoluto de los políticos moderados de la mano de figuras como Ramón
María de Narváez Era una época en la cual, España intentaba unirse al
desarrollo del resto de Europa y nuestra economía registraba un alza notoria tras
muchos años de decadencia Comenzaba a sentirse la fuerza de la burguesía,
verdadera protagonista del cambio social del conocido como Antiguo Régimen (los
años posteriores al dominio absolutista), España se sobreponía a la sangrante
guerra carlista, en la cual también se veía inmersa Galicia.
En esta época, comienzan a
aparecer en la escena política gallega, hombres que serán claves en la
transición de la segunda mitad del siglo pasado. nacidos bajo el manto de la
todopoderosa Unión Liberal, que dominaba el general O'Donnell. El prestigioso
historiador gallego Emilio González López atribuye al gallego Nicomedes Pastor
Díaz, una parte esencial del nacimiento de la Unión Liberal, ya que expuso esta
doctrina y sus ideas reiteradamente en numerosos artículos en la prensa de la
época y en las conferencias que pronunciaba. Emilio González López rechaza,
así, la atribución de la creación de la Unión Liberal al asturiano José Posada
Herrera.
Eran tiempos en los cuales
comenzaban sus actividades políticas nombres de la trascendencia de Saturnino
Álvarez Bugallal, natural de Ponteareas, y hombre de numerosas influencias en
el mundo político gallego y nacional, o Eduardo Gassett Artime, pontevedrés de
nacimiento y hombre sin estudios universitarios pero reconocido periodista de
prestigio.
La infancia y adolescencia
de Manuel Antonio Bares transcurre en su villa natal de Bueu. Su afición a las
letras quizás le viniera de su entorno familiar y Bares enseguida demostró su
amor por el estudio, siendo un alumno muy aplicado. Gustaba de leer y de
escribir.
A los quince años. Manuel
Antonio se encuentra capacitado para hacer sus primeros "pinitos"
periodísticos y decide enviar sus trabajos a los distintos periódicos de la
época existentes en la provincia de Pontevedra. Estos primeros trabajos
periodísticos tenían un contenido político y sus temas preferidos estaban
referidos a la situación que atravesaba España en aquellos difíciles años e,
incluso, se atrevía a formular opiniones sobre el presente y futuro de Europa,
inmersa en los avatares causados por la guerra entre Francia y la potente
Prusia.
Esta afición a realizar trabajos de
actualidad política, le lleva a Manuel Antonio Bares a enviar sus
"pinitos" periodísticos a la prensa. Estos artículos encuentran eco
también en el periódico de Madrid "El Popular", que dirigía el
periodista y novelista Torcuato Tárrago.
Tárrago acepta publicarle al joven Bares sus
artículos de actualidad política Y. uno de sus trabajos más completos,
referidos a una proclama dedicada al ejército francés alentándole a la lucha,
tras estallar en el año 1870, la guerra que enfrentaría a Francia y Prusia, y
que en pocos meses acarrea la derrota francesa Y la rendición del emperador
Napoleón III (que decide abdicar) y de las tropas de su general Patrice Mac
Mahon ante los prusiano alemanes dirigidos por el general Moltke y cuyo jefe de
Gobierno era Otto von Bismarck. La guerra estalló tras la derrota diplomática
francesa ante Bismarck que promueve la candidatura de un miembro de la dinastía
Hohenzol lern a la corona española. Esta victoria militar consolida el poder de
Bismarck y provoca la consolidación del Imperio alemán como la primera potencia
europea.
El joven Bares muestra una especial
predisposición hacia las ideas de los llamados demócratas republicanos. Son los
tiempos en que España. tras el levantamiento del almirante Topete en Cádiz y
del general Prim en el Mediterráneo, se queda sin reina al exiliarse Isabel II
en tierras francesas. El general Francisco Serrano Domínguez se convierte en
regente y preside la Junta Revolucionaria y Prim se hace cargo del Gobierno
surgido de la conocida como revolución de septiembre de 1868 o "La
Gloriosa". De aquellas Cortes saldría elaborada la Constitución de 1869
que establecía la libertad de cultos, se configura la bicameralidad (Congreso y
Senado) y se restablecen los derechos individuales, entre ellos, la libertad de
enseñanza, de imprenta, a la propiedad privada y se instaura la institución del
jurado. En su elaboración ha trabajado uno de los más grandes Políticos
gallegos de la Historia, el compostelano Eugenio Montero Ríos, quien al poco
tiempo de comenzar su carrera parlamentaria ya pasa a formar parte de los
gobiernos como ministro de Gracia y Justicia en la fila de los progresistas.
Esta revolución despierta la actividad de los
elementos republicanos hasta aquella fecha integrados en las filas del partido
democrático. Estos republicanos votan en contra de la Constitución al
considerar que reconoce al régimen monárquico. De la defensa de esta postura se
produce una escisión en el seno de este partido demócrata entre monárquicos y
republicanos. Nacía así, el partido republicano federal en julio de 1869, que
tuvo tanta importancia en la vida del joven Bares, quien enseguida comulga con
las ideas republicano federales.
La puesta en vigor de esta Constitución
liberal y progresista hace que proliferen los periódicos y revistas a lo largo
del país y que aparezcan opiniones de todo tipo impresas en aquellos diarios
que obedecían más a los intereses particulares de su editor y a los de los
partidos y agrupaciones políticas que lo sustentaban que a un verdadero
espíritu periodístico. Manuel Antonio Bares, pese a su juventud, se decanta
también por expresar a través de los periódicos y revistas sus mal disimuladas
tendencias en pro de las ideas demócratas republicanas.
BARES, MAESTRO NACIONAL
A los quince años. Bares tiene que tomar la
decisión de seguir estudiando o bien trabajar. Sus padres, animados por su
vocación periodística y literaria y por su afición a las letras, deciden
sacrificarse y costearle una carrera. Así, Manuel Antonio Bares, siguiendo lo
que será una gran tradición familiar, decide emprender estudios para
convertirse en maestro nacional.
Manuel Antonio Bares abandona su villa de
Bueu y se traslada a la capital Pontevedra para iniciar su carrera en la famosa
Escuela Normal de Magisterio pontevedresa. Serán tres años (1870 - 1873) que
Manuel Antonio dedicará al estudio de Magisterio y a la colaboración
periodística con el envío de artículos y su publicación en numerosos periódicos
de la época.
El aprovechamiento de sus estudios de
Magisterio coincide también con los avatares políticos que vive España en
aquellos años, con la proclamación del duque de Aosta, Amadeo I de Saboya. hijo
de Víctor Manuel II, rey de Italia, como nuevo rey de España tras el
destronamiento de Isabel II. Amadeo I fue elegido gracias a las dotes
persuasivas de su valedor, el general Prim, a su aureola constitucional, a su
liberalismo y a sus dotes militares. Pero la indiferencia popular ante el
"rey extranjero", su poco conocimiento del idioma y la sociedad
española y el inicio de una ofensiva de los antiguos monárquicos y de la
Iglesia contra su persona, unidos al fraccionamiento que en aquellos años
comenzaba a dominar el espectro político español con continuas escisiones ,en
los partidos progresistas y el nombramiento de sucesivos gobiernos que nada
resolvían, motivaron que el reinado de Amadeo I fuese más breve de lo esperado.
La fuerza de los partidos que, se le oponían fue más grande que sus deseos de
mantenerse en el trono y en febrero de 1873 abdica y abandona España: Se
proclamaba la Primera República española y se iniciaba una etapa de
inestabilidad en todo el país.
Mientras tanto, Manuel
Antonio Bares sigue sus estudios de maestro nacional en Pontevedra. Sus
convicciones republicanas le hicieron fervoroso admirador y amigo de uno de los
más prestigiosos periodistas pontevedreses de la época, Indalecio Armesto,
nacido en la capital del Lérez en septiembre de 1838.
Indalecio Armesto, también un claro ejemplo
de prematura vocación poética y periodística, dejó sus tierras pontevedresas
para estudiar Derecho en la Universidad de Madrid. De esta época madrileña,
Armesto aprovecha sus estudios para compatibilizar política, filosofía y
literatura. Hace entrañable amistad con eminentes republicanos como Francisco
Pi y Margall, Nicolás Salmerón Emilio Castelar y con su ilustre paisano Eduardo
Chao. De este grupo, los tres primeros serían cabezas de los gobiernos de la
Primera República. También saldrían de estas amistades de Armesto la mejor
promoción de los maestros de la famosa y prestigiosa institución Libre de
Enseñanza De este medio aprovechó Armesto su espíritu y carácter republicano.
Indalecio Armesto tras
regresar a su ciudad natal al finalizar sus estudios universitarios, forma
parte de la Junta Revolucionaria pontevedresa de 1868 y su profunda y
convencida militancia republicana le lleva a ocupar sucesivamente destacados
cargos como concejal, diputado provincial gobernador civil, secretario del
Gobierno Civil pontevedrés, y jefe del partido republicano pontevedrés. Desde
este cargo representó a Pontevedra en las Cortes de 1873, siendo reconocido
como un excelente parlamentario.
Su espíritu de servicio le lleva a compaginar
su actividad política con el ejercicio de su profesión de abogado y, de forma
destacada. con el periodismo. Su afición le permite trabajar. ya fuese como
colaborador periodístico o como director y editor, en periódicos como "El
Progreso", "La Crónica", "La Voz del Pueblo" y
"La República Su bagaje periodístico también se dejó notar en
publicaciones madrileñas como el periódico "La Discusión" (donde
publicó una serie de trabajos sobre economía, política) o "El
Trabajo" (en el cual insertó una serie de artículos sobre "La
moralidad de la mentira" que merecieron ser traducidos al inglés y al
francés).
En esta época, Manuel Antonio Bares traba
amistad con Indalecio Armesto y fruto de ello nace la colaboración que el joven
estudiante de Magisterio mantenía en el periódico "La República" que
Armesto dirige en la ciudad de Pontevedra. Desde este periódico, tanto Armesto
como Bares plantean una defensa denodada de los ideales republicanos federales
y de sus actuaciones en las Cortes de Madrid, Manuel Antonio Bares comienza así
a labrarse tina fama política que quizás le marque su vida profesional y social
en los próximos años, como se verá más adelante.
Mientras, Armesto continúa
sin desmayo su campaña pro republicana en los buenos tiempos de la I República
y, tras el triunfo de la Restauración, con el golpe militar del general Pavía y
la instauración de un régimen autoritario de la mano del general Serrano,
también mantiene viva la antorcha republicana desde las páginas de "La
Justicia" y "El Anunciador", desde donde combate el cunerismo
político que vive Galicia y la actuación caciquil de José de Elduayen, un
ingeniero madrileño que vino a Pontevedra a dirigir importantes obras públicas,
ocupando desde 1856 un puesto parlamentario en las Cortes de Madrid de la mano
de los partidarios de Cánovas del Castillo.
Pero los tiempos ya no le
son favorables y Armesto, republicano convencido e insobornable, es objeto de
una implacable persecución política. Armesto, fruto de su actividad
periodística, fue denunciado y procesado por sus artículos y aunque fue
absuelto por el Juzgado de Primera Instancia de Pontevedra y en la Audiencia
Territorial de A Coruña. el Tribunal Supremo en Madrid, dominado por el
omnipresente caciquismo de la época, decide condenarle y le destierra a la
ciudad herculina en abril de 1883, decisión que le hace más popular en
Pontevedra, celebrándose una manifestación de protesta por la marcha del
ilustre maestro, según las crónicas de la época. Pero el destierro le afecta y
decide embarcarse hacía Sudamérica, e n diciembre de 1883 emigra a la República
Argentina, a donde llega a principios de 1884, acompañado de su compatriota y
correligionario, el médico Pascual Paz.
Instalado en Buenos Aires,
recibe pronto la ayuda de la colonia gallega y española radicada en la ciudad
del Plata, ya que hasta allí había llegado su fama y los avatares en los cuales
se vio envuelto. Manuel Antonio Bares vuelve a aparecer en su vida y desempeña
un papel fundamental, prestándole apoyo.
Para concluir con este breve
repaso a la vida de Indalecio Armesto, destaquemos que en su etapa Argentina,
colabora con los periódicos de la colectividad emigrante española como "El
Correo Español", donde publica una crítica literaria a una novela de
Emilia Pardo Bazán, o en "La Prensa" de Buenos Aires, donde vuelve a
publicar artículos sobre la situación política española. Pero poco dura en
Argentina, y a mediados de 1884 consigue que el presidente de la República
Argentina. el general Julio Argentino Roca, y el encargado (le Relaciones
Exteriores, firmen el nombramiento de Indalecio Armesto como cónsul argentino
en Vigo, trasladándose a Madrid para formalizar dicho cargo. aunque al poco
tiempo, le fue otorgado a otra persona.
Armesto regresa a Pontevedra
y retoma la actividad periodística y de abogado y comienza la publicación de
libros de ensayo filosófico y de novelas y cuentos cortos. Fallece en
Pontevedra el 22 de febrero de 1890 y de él escribió el historiador Manuel
Murguía: "Fue una de las poderosas inteligencias de Galicia en el siglo
XIX" y añadió "lo que da derecho a la vida póstuma y al amor de los
suyos no es haber batallado y muerto por sus ideales políticos. sino el haber
sido un gran pensador y un escritor y de su pluma y de sus labios, pura y limpia,
como taladra en el mármol. como animada por el fuego de una viva
elocuencia".
La juventud de Bares, transcurría en el seno
de sus estudios en la Escuela Normal de Magisterio de Pontevedra. Este tipo de
instituciones, según destaca el historiador gallego Emilio González López, fue
el germen del despertar de la intelectualidad gallega.
Afirma Emilio González que uno de los
factores que contribuyó al despertar intelectual gallego en lengua vernácula
fue la presencia en la propia Galicia de los catedráticos de las Escuelas
Normales e Institutos, fundados mediados del pasado siglo XIX pues a diferencia
de los universitarios, que tenían a la Universidad de Santiago como punto de
entrada para seguir. posteriormente en sus estudios a Madrid o Barcelona, los
de enseñanza secundaria permanecían en Galicia y muy apegados a sus ideas v sus
intereses". De esta intelectualidad surgen las primeras revistas y
diccionarios de cultura y promueven lo que serán los Juegos Florales de
Galicia.
En este ambiente, Manuel Antonio Bares se
decanta por el austero ejemplo de los grandes demócratas gallegos y españoles
de la época en Madrid triunfaba la I República y con ella los gobiernos
republicanos de Figueras. Pi y Margall, Salmerón y Castelar y, decide militar
en el campo republicano. Su primera decisión le lleva a militar en el partido
republicano radical que acaudilla Manuel Ruiz Zorrilla, nacido de la escisión
del partido progresista tras el asesinato de su líder, el general Prim: de un
lado, los que mantuvieron el nombre de progresistas, aunque eran de tendencia
conservadora, y dominados por Práxedes Mateo Sagasta, y, de otro, los que por
ellos mismos eran conocidos como progresistas demócratas, y por sus enemigos.
como radicales, que acaudillaba Ruiz Zorrilla, un hombre que siempre contó en
sus filas con algunos ministros gallegos como era el caso de Eugenio Montero
Ríos, Tomás María Mosquera o Manuel Becerra.
Pero Con la asunción del
poder y el desempeño de sus tareas de Gobierno, el radicalismo de Ruiz Zorrilla
y los suyos le viene estrecho a Manuel Antonio Bares, que en esta época traba
amistad con el republicano Indalecio Armesto, y se vuelca con él pasando a militar en las filas del partido
republicano federal, ideología que en aquellos momentos imponía su fuerza en
numerosos puntos de la geografía política española y metía en aprietos a los
distintos gobiernos republicanos.
Los republicanos federales tenían en el año
1873 una amplia mayoría en las Cortes españolas y se decidieron a trabajar para
dotar a España de una Constitución de carácter republicano que dotara al país
de una estructura federal. Pero España no estaba para soportar a los
republicanos federales en las Cortes con sus cada vez más radicales decisiones
políticas, y, al otro lado, un ejército cada vez más conservador, una guerra
carlista en las provincias del Norte español, los alzamientos cantonales, y la
conspiración de los monárquicos que intentaban conseguir que el trono español
lo ocupase Alfonso XII, en quien abdicó su madre, la exiliada reina Isabel II.
Ante esta situación, no cogió de sorpresa el golpe de estado del general Manuel
Pavía que entró con sus tropas en el Parlamento y lo disolvió el 3 de enero de
1874. Nacía la Restauración, que consolidaría con la subida al trono de Alfonso
XII.
Del trabajo que realiza Manuel Antonio Bares
en defensa de la candidatura de su buen amigo Indalecio Armesto se hace eco la
sociedad pontevedresa de la época. Bares es un ferviente admirador de Armesto y
participa muy activamente en todos los frentes políticos para ensalzar la
candidatura que Indalecio Armesto
presenta para su elección como diputado a Cortes en Madrid. Sus muchas horas de
trabajo, sus apasionados artículos en defensa del republicanismo federal y de
su amigo, de nada sirvieron ya que el cunerismo y caciquismo imperante en la
sociedad política gallega le jugaron una mala pasada a Armesto. Una fea argucia
electoral de sus enemigos le impidió que obtuviera el acta de diputado a
Cortes.
De la poderosa influencia que el maestro y
periodista Manuel Antonio Bares tenía en la sociedad de la época da cuenta el
hecho que se llegó a recoger en la prensa según el cual Bares participó
activamente en las gestiones que desembocaron en la concesión del indulto por
parte del Gobierno republicano a numerosos desertores y prófugos del ejército.
Las gestiones fueron realizadas por Indalecio Armesto que animó para ello a su
paisano e ilustre correligionario Moreno Barcia, verdadero motor para que la
Cámara legislativa española votase a favor del indulto.
Se llegó a publicar, según se cita Alberto
Vilanova en el libro "Gallegos en la Argentina", que "mediante
su poderosa influencia, Manuel Antonio Bares. en aquellos tiempos en los que no
había redención para realizar el servicio militar "a metálico" (es
decir, pagando por no ir a filas), logró la exención del servicio de las armas,
de muchos hijos de la provincia de Pontevedra, y 1 levó el consuelo y la
alegría a muchos hogares desolados".
Pero su militancia activa en el
republicanismo federal le marcó tanto su vida que. tras los felices e
interesantes años, que pasó como estudiante y como militante de pro se le pasó
factura desde otras instancias del Estado.
Con la llegada de la Restauración en la vida
política española, los militantes republicanos vieron frenadas bruscamente sus
actividades políticas y comenzaron las persecuciones de aquellos que se
destacaron por su "fervor" antimonárquico y sus actividades
republicanas. Con el golpe de Estado del general Pavía y la asunción del
gobierno por parte del anciano general Serrano, se acaban los revolucionarios
"cantones", que tanto daño hicieron a los sucesivos gobiernos
republicanos, y las cárceles vuelven a llenarse de los llamados
"republicanos intransigentes" y de los "internacionalistas".
Eran los estertores de los últimos seis años de la conocida como revolución
burguesa.
Según el historiador Juan Madrid (en el
número Extra III de la revista "Historia 16", de junio de 1977),
"han acabado seis años de revolución burguesa. Los liberales, más a la
izquierda, no han podido gobernar un país pobre de base agraria, lleno de
analfabetos, con una oligarquía cerril e impermeable a cualquier cosa que
pusiera minimamente en peligro sus intereses económicos. Cerrando filas la
burguesía más conservadora y las viejas clases se unirán en un pacto que no se
romperá hasta el año 1931. Era el inicio de la restauración canovista y el
principio del fin de la presencia de Manuel Antonio Bares en su tierra gallega.
Concluida su actividad como estudiante de la
Escuela Normal de Magisterio de Pontevedra y ya obtenido el título de maestro
nacional, como en su día obtuvieron su padre y su tío Ramón, Manuel Antonio
Bares decide buscar trabajo y "conocer mundo" como así se lo indicaba
su joven corazón y sus muchas ilusiones fruto de la fructífera lectura de los
mejores novelistas de la Literatura universal.
Tras sus primeros trabajos de colaboración
con su tío Ramón y con su padre en Bueu, Manuel Antonio Bares, a finales del
año 1874, se decidió a gestionar la obtención de una plaza como profesor en el
buque de guerra de la Armada española "Esperanza". En aquellos años,
y dado el alto índice de analfabetismo existente en el país y entre los jóvenes
reclutados para realizar el servicio militar en los distintos cuarteles o en
los buques de la Armada, se decidió dotar a estos centros militares y a sus
barcos de maestros para que instruyeran a los jóvenes soldados y marineros.
Bares, animoso y enamorado siempre del mar,
por su profundo amor a la tierra de Bueu enmarcada en la bella ría
pontevedresa, se decidió por prestar sus servicios como maestro en un buque de
la Armada. Para ello acudió en busca de ayuda ante el prestigioso e ilustre
republicano gallego Juan Tapias, uno de los hombres más influyentes en la
sociedad gallega y, por supuesto, en la vida política madrileña. A Juan Tapias
será el propio comandante de Marina del puerto de Vigo quien le dé su palabra
de que gestionará y así se le concederá la plaza como maestro en el buque
"Esperanza" a Manuel Antonio Bares. Pero, la concesión de la plaza de
maestro en el buque de guerra recayó en otras persona, quizá con mejores
recomendaciones que Manuel Antonio y don Juan Tapias.
Sabida la triste y descorazonadora noticia.
Manuel Antonio Bares se suma en una profunda depresión que le 1 leva a adoptar
la decisión de marcharse de Galicia y de España y emprender el camino de otros
muchos miles de paisanos y compatriotas: embarcarse y emigrar a tierras
americanas en la época más importante de estas migraciones, ya que las
posibilidades de salir adelante eran extraordinarias puesto que la mayor parte
de estos países estaban aún sin explotar y ofrecían unas extraordinarias
ventajas a las personas que decidían dar el paso y emigrar.
Manuel Antonio Bares embarca en un puerto
gallego en uno de los barcos de pasaje y mercancías a principios de 1975 y
elige como destino final la República Argentina, llegando al puerto de Buenos
Aires a finales del mes de abril de aquel año.
Galiza non pide,emigra" (Castelao).
A finales de 1875, llega Manuel Antonio Bares
al puerto de Buenos Aires, tras salir unas semanas antes a bordo de un buque
desde el puerto de Vigo, que junto al de Vilagarcía de Arousa, eran los puntos
de salida de muchos miles y miles de gallegos que en aquellos años tomaban la
decisión de abandonar su tierra madre y emprender la búsqueda de fortuna en las
casi vírgenes tierras sudamericanas. La República Argentina era uno de los
destinos más deseados.
En la segunda mitad del pasado siglo se
registra un gran arraigo de la emigración gallega hacia Argentina. Desde
mediados de siglo se registra un éxodo de gentes desde Galicia de una manera
casi multitudinaria La República Argentina ocupa muy pronto, por encima de Cuba
y Uruguay, el primer puesto de llegada de los emigrantes gallegos tanto por su
cantidad como por su calidad.
Cabe reseñar en este punto que la
colectividad gallega pronto se convirtió en la más notoria y numerosa de la
república Argentina, lo que impuso la costumbre de llamar "gallegos"
a todos los españoles, llegando incluso a designar a Buenos Aires como "la
ciudad gallega más grande del mundo", ya que en ella estaban instaladas un
poco menos de medio millón de gallegos emigrantes.
Según los documentos de la época, Argentina
estaba poblada en aquellos años por poco más de tres millones de habitantes, de
los cuales', dos tercios correspondían a una población de origen europeo. Según
el Diccionario Hispanoamericano editado en 1888. en Argentina había unos
340.000 italianos, 161.000 españoles,
153.000 franceses, 54.000 alemanes, 51.000 ingleses Y 164.000 de otras
nacionalidades.
La inmigración procedente de Europa
contribuye a aumentar la población de esta república sudamericana cuyos
inmensos territorios están aún despoblados en gran parte (la densidad de
población era de un habitante por kilómetro cuadrado). El Gobierno argentino
ponía un gran empeño en aquellos años en fomentar la inmigración y con tal
objeto mantenía agentes en las principales naciones europeas para incentivar el
establecimiento de personas en sus tierras.
En este sentido, se dictaron
una serie de leyes especiales para proteger la inmigración y en ellas se
recogía que estos inmigrantes deberían ser preferentemente agricultores. El
gobierno argentino sufraga los gastos que ocasionan el desembarco. su
residencia en los depósitos y su traslación al punto de destino elegido por los
emigrantes. A cada familia que se establece en los distritos coloniales, se le
expide un título de propiedad provisional de un cierto número de hectáreas de
terreno de cultivo, un rancho y los instrumentos necesarios para el trabajo.
Cabe 'Significar que según
se recoge en el documento "Procedimientos del Departamento Nacional de
Estadística durante el año 1886, en los treinta años transcurridos entre 1857 y
1886, inmigraron casi 1.100.000 personas de todas las nacionalidades venidos de
Europa y de Montevideo. Las cifras de la emigración marítima sólo son conocidas
a partir de 1871.
En los diecisiete años correspondientes a 1870
y 1886, llegaron de Europa 605.533 personas y de Montevideo (el otro gran
núcleo de acogida de la emigración hacia Sudamérica) unos 328.000 inmigrantes.
Los contingentes que las distintas nacionalidades han suministrado a la
inmigración en dichos diecisiete años son: 391.454 italianos: 80.942 españoles;
60.538 franceses; 16.502 ingleses; 13.413 suizos; 11.021 alemanes: 10.834
austriacos; 3.009 belgas; 2.381 portugueses; y 15.439 correspondientes a otros
orígenes. El 83 por ciento de los inmigrantes corresponden a personas adultas y
el resto son niños. De aquellos, el 63,3 por ciento son hombres y el 19,4 por
ciento mujeres. Las tres cuartas partes de los inmigrantes son agricultores.
Como dato referencial cabe des tacar que en
el año 1815, fecha en la que Bares llega a Buenos Aires, también lo hacen a lo
largo del año otras 42.065 personas, según los registros de emigrantes del
gobierno argentino.
En lo referente a la situación política de la
joven república, en aquel año, la presidencia Argentina la ostentaba Nicolás
Silva de Avellaneda. quien asumiera el poder un año antes (12 de octubre de
1874), siguiendo en el cargo a Domingo J.
Sarmiento, Nicolás Avellaneda derrota en las elecciones generales de
1874 al "mitrismo" , corriente política fundada en torno a la figura
del general Bartolomé Mitre, quien accede al poder en septiembre de 1861, y
durante cuyo mandato se produce la guerra con Paraguay, tras aliarse Argentina
con Brasil y Uruguay. Al terminar el período presidencial en 1868 fue elegido
presidente Domingo Faustino Sarmiento
siendo firmada la paz con Paraguay en 1870.
La gestión de Sarmiento
continuó la política "mitrista" de colonización. aumentando la
promoción de la inmigración europea y ampliando la red de ferrocarriles,
siempre bajo los dictados del capital inglés. Sarmiento robustece la autoridad
central; fomentan el desarrollo de la cultura. implantando las bases de la
enseñanza normal, organizando el magisterio, difundiendo la escuela primaria,
fomentando la secundaria. impulsando la instrucción técnica y profesional. y
estableciendo una red de bibliotecas, museos, gabinetes científicos, etcétera.
Tras perder las elecciones
convocadas en 1874 para suceder a Sarmiento, el "mitrismo" dio un
golpe de estado desconociendo el triunfo de Avellaneda, produciéndose dos
enfrentamientos armados, siendo derrotado el propio general Bartolomé Mitre y
sus seis mil soldados en "La Verde" y sus leales encabezados por
Arredondo son vencidos en. Santa Rosa por el coronel Julio Argentino Roca,
quien años más tarde será presidente de la República Argentina.
Nicolás Silva de Avellaneda juró su cargo
como presidente de la República Argentina el 12 de octubre de 1874. Durante su
gestión impulsa la inmigración tónica
general adoptada por todos los dirigentes políticos de la época) con la
promulgación de la Ley de Inmigración; ocupa las tierras de la Patagonia
(durante la campaña del desierto iniciada en 1878 bajo el mando del general
tucumano Julio A. Roca como ministro de Guerra, que finaliza en 1881 con la
conquista total del territorio y el extermino de los indígenas, convirtiéndose
la Patagonia en un campo para el ganado ovino: estas campañas contra los indios
eran impulsadas por la oligarquía para poder consolidar su poder económico a
través de una mayor extensión territorial de sus dominios); redacta la famosa
Ley Universitaria; federaliza el territorio del municipio de Buenos Aires, que
se convierte en capital de la nación el 20 de septiembre de 1880 (Argentina
recupera su capital histórica y con ello se crea un fundamento nacional de
poder cumpliéndose las aspiraciones del primer presidente Bernardino
Ribadavia), y fomenta la instalación de nuevas industrias.
Eran aquellos años duros
para la economía Argentina ya que las exportaciones disminuían en una tercera
parte, se desvalorizaba la propiedad y disminuía sensiblemente el consumo,
Esta crisis. causada sobre
todo por los momentos económicos desfavorables que vivía Europa, limitaba
considerablemente los medios de pago de los millonarios empréstitos dados por
la banca inglesa, En 1875 nacía en Argentina, como consecuencia de la crisis mundial,
una marcada tendencia hacia la instalación de algunas industrias que se veía
favorecida por la relativa calma política que vivía el país.
Eran los duros tiempos de la conocida como
"guerra del desierto",' campañas militares que servían para seguir arrebatándoles
a los indios sus territorios para dárselos en propiedad a los soldados que
participaban en estas guerras y cuyas tierras pasaban posteriormente a los
oligarcas de siempre que las compraban por precios irrisorios.
Manuel Antonio Bares pasa sus primeros meses
de emigrante en la capital federal, Buenos Aires, aunque posteriormente, decide
trasladarse a la ciudad de Mercedes, capital de un partido que forma parte de
la provincia de Buenos Aires, con una superficie de 1.036 kilómetros cuadrados y
con una población, en aquellos años, inferior a las treinta mil personas, la
mayor parte de las cuales es población urbana. En la ciudad cabecera del
partido que lleva su nombre, vivían poco menos de veinte mil personas.
La ciudad de
Marcedes recibió su nombre oficial el 3 de marzo de 1865,
coincidiendo con la inauguración de su estación de ferrocarril. Su primer
asentamiento fue, en 1754, un fuerte construido en la paraje denominado
"Laguna Brava", a cuyo alrededor se fue levantando un campamento de
personas que procedían de la dispersa campiña inmediata a la zona. La nueva
población creció de forma rápida, que a los pocos años, su parroquia se
independizó de la de Luján y en 1812 recibió el atributo de partido. El 30 de
noviembre de 1830, se elevó al gobierno la nueva traza de sus calles y después
fue conocida como "Villa Mercedes" hasta su bautismo definitivo, como
"Ciudad de Mercedes".
Su vida en Mercedes, en
donde llegará a ser uno de los personajes más influyentes y principales de su
historia. fue intensa. En aquel año se instala en una de las principales casas
mercantiles de la ciudad, donde, debido a sus estudios y conocimientos es
contratado como tenedor de libros, una profesión muy abundante en aquella
época.
Bares, siempre inquieto,
comienza a alternar en aquel los años sus trabajos como tenedor de libros con
unas, en principio, esporádicas colaboraciones periodísticas. La ciudad de
Mercedes contaba con único periódico llamado "El Pueblo". Manuel
Antonio Bares habla con su director y editor y comienza a colaborar en sus
páginas con artículos diversos de carácter social y cultural y algún que otro,
de carácter político. Estos primeros trabajos los escribe con seudónimo.
Su buena pluma enseguida le
destaca en el ámbito local y sus substanciosos artículos enseguida llaman la
atención en el entorno de Mercedes.
Bares va ganando poco a poco un prestigio en el entorno social mercedino y en
pocos meses ya goza de una reputada fama literaria entre sus convecinos.
La fama de los artículos que
escribe “el gallego” Manuel Antonio Bares, en la prensa mercedina, hacen que
las más distinguidas e influyentes personalidades de la ciudad de Mercedes
requieran la amistad de Bares. En este sentido, en el libro sobre “Los gallegos en la República
Argentina” se recoge que entre las personalidades que ofrecen su amistad y
apoyo a Bares figuran especialmente, varios juristas citándose a los doctores Langenheim, Benguria, Sousa,
Benítez, Cevallos, Frech, José María Cantilo y otros. Estos trabajos y la personalidad cultural y
profesional de Manuel Antonio Bares hacen que en aquellos años finales de la
década de los setenta, su nombre sea muy sonado en los medios sociales y cultos
de Mercedes. Bares comienza a labrar su fama.
PERIODISTA EN MERCEDES
En el ámbito periodístico, Manuel Antonio
Bares no olvida su buen oficio, aprendido del prestigioso Indalecio Armesto
allá en su tierra pontevedresa. Su trabajo en el mundo del comercio como
tenedor de libros le permite realizar y ampliar cada vez más sus colaboraciones
periodísticas. Tras sus trabajos en el periódico "El Pueblo" Bares
colabora también en otras publicaciones posteriores editadas en la ciudad de
Mercedes como el caso del periódico "El Oeste" , diario que dirigía
el malogrado escritor argentino Adolfo Rawson.
También presta Bares su pluma a "El Eco
del Oeste", al periódico "El Provincial" que dirigía en la
ciudad mercedina el doctor Francisco J. Oliver y. con su afán de extender sus
trabajos cada vez más, Bares colabora en el periódico "El Albúm",
editado en la vecina ciudad de Chivilcoy, y del cual es su alma mater", el periodista gallego
Manuel López Lorenzo, de quien más adelante haremos una semblanza sobre la
importancia de su figura en el mundo cultural de la emigración gallega en la
República Argentina, junto a otros periodistas de la talla de Castro López o
José Ramón Lence, y sus respectivos periódicos "El Eco de Galicia" y
"Correo de Galicia" editados en la capital federal Buenos Aires.
La prolífica colaboración periodística de
Manuel Antonio Bares también se extiende, con el paso de los años, a los
periódicos y revistas más importantes editadas en la capital federal
bonaerense. Los artículos políticos, sociales y jurídicos de Manuel Antonio
Bares son publicados con gran asiduidad en las páginas de los diarios "La
Prensa Española", en cuya redacción figuraba el periodista gallego Conde
Salgado, y en "El Correo Español".
El prestigioso periodista gallego. radicado
en Buenos Aires, Manuel Barros también llama a Bares para que colabore con sus
artículos periodísticos en las páginas de su diario "La Nación
Española", Periódicos netamente argentinos y los más importantes de la
historia de los medios de comunicación de aquel país, como son "La
Nación" y "La Prensa", y el desaparecido "La Acacia",
también se hacen eco de las colaboraciones de un Manuel A. Bares que comienza a
gozar de un extraordinario prestigio social y político en aquella República
Argentina de finales del pasado siglo
Sus artículos costumbristas sobre el entorno
social donde se mueve Bares le llevan a convertirse en asiduo colaborador desde
el año 1879 de la revista "Almanaque Sudamericano", al tiempo que
presta algunos de los artículos ya publicados en la prensa diaria para las
revistas "La Justicia" y "El Argentino" que se editan en la
ciudad de Mercedes.
Así , Manuel A. Bares se hace un sitio
destacado en el mundo periodístico argentino de aquellos años y su pluma ofrece
continuos y variados artículos sobre cuestiones sociales, literarias, políticas
y jurídicas en la prensa local y nacional Argentina. Estas colaboraciones le
llevan a entablar numerosas y prestigiosas polémicas desde las páginas de estos
diarios y revistas con figuras importantes tanto del ámbito social como
político y jurídico, terreno éste en el cual Bares adquiere una gran soltura
tras sus estudios de Derecho, que más adelante abordaremos.
Una de estas
polémicas, recogidas en las crónicas de la época, lleva a Manuel Á. Bares a
entablar una discusión de gran trascendencia entre él y el doctor en Leyes,
Rodolfo Rivarola, uno de las personalidades de la vida jurídica Argentina de
aquellos años y conocido como "uno de los primeros abogados criminalistas
de la República Argentina". Hasta ese punto llega la personalidad y la
importancia de la figura de Manuel Antonio Bares como periodista de reconocido
prestigio e influyente líder de opinión en el mundo cultural Y social
argentino, así como escritor de incipiente fama.
La figura de Manuel Antonio
Bares, tras sus primeros años de residente en Mercedes, crece como la espuma en
cuanto a aceptación social. Bares, que nunca olvidó su origen gallego y su
condición de emigrante, se sumerge en la vida social de Mercedes, como ya hemos
reseñado, a través de sus continuas colaboraciones periodísticas y literarias,
pero, también, formando parte de una amplia gama de organizaciones sociales y
culturales mercedinas.
UNA INTENSA VIDA SOCIAL
Desde su trabajo profesional en el mundo del
comercio mercedino como tenedor de libros, Manuel A. Bares decide prestar su
apoyo y ayuda a numerosas comisiones sociales que en aquella época encauzaban
las prestaciones sociales a los más desfavorecidos. Proliferaban en las
ciudades, argentinas comisiones encargadas de trabajar para causas sociales
tales como ayuda a los colectivos emigrantes, a damnificados por catástrofes
naturales u otras. Eran tiempos en los cuales proliferaban, también, las
veladas literarias y las fiestas de exaltación patriótica, Manuel Antonio
Bares. gracias a su buen hacer literario. es invitado a formar parte de estas
veladas, en las cuales da lectura a sus substanciosos artículos costumbristas y
pronunciando discursos de exaltación de la tierra Argentina y de su patria
española, mezclándolos con recuerdos de su natal tierra gallega.
La vertiginosa vida social
convierte a Manuel Antonio en un asiduo integrante de las directivas de
variadas y variopintas sociedades culturales y como integrante de una buena
parte de las más importantes comisiones sociales que operaban en Mercedes y en
la provincia de Buenos Aires.
Su dinamismo le lleva a formar parte del
"orfeón de Mercedes", en el cual desempeña la primera vocalía de la
junta directiva y pasa posteriormente a ser su tesorero. Su afición a las
letras y sus innegables dotes hacen que Bares sea, también, secretario de la
sección literaria del orfeón, sección de la cual era presidente el doctor José
María Cantilo, famoso escritor y diplomático argentino.
Su intensa actividad social le lleva a.
participar activamente en numerosos festejos organizados por las comisiones
sociales del municipio. Se tiene constancia de la participación de Manuel
Antonio Bares en una velada musical y literaria que se celebró en la vecina
localidad de Chivilcoy en el transcurso de 1877. En ese festival benéfico se
intentaba recaudar fondos para hacer frente a las necesidades que tenían los
habitantes de numerosas poblaciones del sur de la provincia de Buenos Aires,
tras sufrir unas graves inundaciones.
En este festival benéfico. Manuel Antonio
Bares lee su trabajo "La Caridad", que debido a su éxito, es incluido
en su primer libro "Prosa", como uno de los mejores artículos de su
primera época periodística en Argentina.
Los artículos costumbristas y la pluma
cargada de sentimentalismo de Bares hacen que sus discursos y sus
colaboraciones en la prensa obtengan un éxito que encumbra a Bares como uno de
los principales líderes de opinión de la ciudad mercedina y sus área de
influencia.
Precedido de esta fama, Bares también
participa en un festival organizado por la colonia de italiana' de emigrantes
residentes en la ciudad de Mercedes para conmemorar la fecha del 20 de
septiembre. Este festival sirvió para festejar la colocación de la primera
piedra de la obra de la casa social de los residentes italianos. También en
Mercedes, participa, años más tarde en el acto de un funeral cívico para honrar
la memoria del presidente de la República Francesa, Mr. Carnot. Bares redactó
el discurso funerario, que posteriormente fue publicado en varios periódicos y
revistas y formó parte de su libro "Más prosa" como uno de sus
mejores artículos.
La obra social de Bares continua en progreso,
al igual que su fama e influencia. Su personalidad y sus trabajos literarios y
periodísticos le abren la puerta de la mayor parte de las sociedades públicas y
privadas de Mercedes e, incluso, de Buenos Aires.
Los discursos y artículos de
Bares son leídos en ¡as fiestas de sociedades como "La Marina" y el
"Club Español" radicados en Buenos Aires, así como en las veladas de
varias asociaciones argentinas y de los colectivos emigrantes. Bares presta sus
trabajos, también, para ensalzar los trabajos de la famosa Sociedad Española de
Socorros Mutuos. entidad que compra el teatro circo de Chivilcoy como sede
social.
Participa también Bares en
una conferencia literaria que se celebró en febrero de 1878 a beneficio del
"poeta Juan M. Villergas, que a la sazón "se decía demente y pobre en
El Perú Con motivo de esta acto, Manuel Antonio Bares lee su trabajo "El
guerrero y el apóstol". En su encabezamiento, Bares escribe "Vive
dando muerte, el uno; el otro, muere dando vida. Qué aberración aquellas y que
abnegación ésta".
LA BODA DE BARES
Su asistencia a tantos actos sociales y su
fama en alza, hacen que Bares también despierte al amor. Corría el año 1880 y
Manuel Antonio Bares conoce en una de estas veladas a una joven que pronto
convertirá en su mujer: Francisca Peralta.
Años más tarde, Bares escribiría sobre este
encuentro "Desde entonces me pareció más bello el mundo, más preciosa la
vida, mas buenos los hombres. Noté que había en mí un nuevo ser, óptimo, santo,
grande, eterno. Es que llevo en mi pecho la respiración del tuyo, llevo en mis
ojos tu mirada, llevo tu alma en mi alma". Este texto se incluyó en el
artículo que Bares dedicó a la memoria de Francisca Peralta tras su inesperado
fallecimiento en el mes de mayo de 1894, tras trece años de feliz matrimonio.
Este artículo de Bares abre su segundo libro editado bajo el nombre de
"Más Prosa" y en él se exponen los profundos sentimientos que
alimentaron la vida en común de Francisca y Manuel Antonio, y la importancia de
la personalidad de esta mujer y la huella que dejo en la vida y obra del
ilustre periodista y literato.
En este sentido, Bares atribuye a su mujer
una importancia capital en su vida tanto personal como profesional. Escribe
Bares: "Te debo el hábito de la reflexión. del perdón, de la tolerancia:
la disciplina de las pasiones, de los instintos, de los impulsos ciegos, y mi
posición constante bajo el cielo, azul o gris, pero siempre sereno".
Añadía "y hasta mis hijos, mis pobres hijitos, te deben, no mi amor. que
es obra de Dios, ni de su grandeza, que es inmenso, y en la inmensidad no cabe
la disminución ni el aumento: te deben mis caricias, la manifestación de ese
mismo amor, por que tú has dulcificado y transparentado mi carácter".
"Me enseñaste a amar, es decir, me diste
la pauta del amor sereno, sin espasmos, profundo, fuerte, perdurable, verdadera
irradiación del alma, libre de la escoria de las pasiones de la carne",
abundaba Bares sobre su amor hacia Francisca. Según se desprende del texto de
este artículo, la agitada vida profesional y social en la cual estaba inmerso
Bares le llevó a permanecer mucho tiempo alejado de su familia. Bares reconoce
en este artículo que una errónea prescripción médica y mi propia tribulación,
me arrojaron lejos de los seres y de las cosas que recordaban mi mal y avivaban
mi pena. Fue un error. un error que he pagado con nuevos dolores y con nuevas y
más amargas lágrimas".
Al parecer, un error médico
en la enfermedad que padecía Francisca Peralta a principios del año 1894 fue la
causante de su prematura muerte. Una muerte que marcó la vida de Bares y que
incluso, debido a las constantes referencias que de ella tenía en su práctica
diaria de actividades le llevó a cambiar de domicilio para intentar no
mortificarse recordando y tocando las cosas que un día fueron de ella.
Bares lo recuerda así: "El día mismo en
que a ti te sacaban de aquella casa en que' has sufrido, agonizado y muerto, y
yo pasé horas inacabables de convulsión horrible, yo la dejaba también: ambos
para no volver a ella".
Un año antes de la boda de Manuel Antonio
Bares, el general Julio Argentino Roca asumía la presidencia de la República un
12 de octubre de 1880, tras recibir en las elecciones de abril el apoyo de doce
provincias. Durante su gobierno, la turbulencia política que caracterizó los
últimos años de la presidencia de su antecesor Nicolás Avellaneda, se
desvanece. Los conflictos internos cesan y también las intervenciones dictadas
por Avellaneda en las provincias de Corrientes, La Rioja y Buenos Aires. La paz
política permite al gobierno roquista normalizar la vida institucional y
conseguir el firme control de las catorce provincias que componen el estado
argentino.
Bajo su mandato continúa la
conquista del desierto (concluye entre 1881 y 1883) , se construyen
ferrocarriles que mejoran sensiblemente las comunicaciones en el interior del
país, se resuelven las delimitaciones de fronteras con los países vecinos, se
sigue impulsando y fomentando la inmigración y se atiende la instrucción
pública. Con la presidencia de Roca se inicia el desarrollo de una política laica
con la creación de los Registros Civiles a cargo del Estado, eliminando los
parroquiales; la ley del matrimonio civil, la ley de educación común. la
secularización de los cementerios y otras. Esta legislación se completa con la
ley de organización de los tribunales y la de los Territorios Nacionales.
Al tiempo, y tras su boda,
Manuel Antonio Bares continúa su intenso trabajo social y participa activamente
como secretario de la primera sociedad de Beneficencia de la ciudad de
Mercedes, formando parte también de la comisión organizadora de un banquete que
el colectivo emigrante español le ofrece al poeta Romero Jiménez
Su responsabilidad social le lleva a ser
presidente de la recientemente creada Sociedad Española de Socorros Mutuos y
secretario de la comisión creada para auxiliar a las personas damnificadas por
las graves inundaciones sufridas en las provincias mediterráneas de Murcia,
Alicante y Almería durante el año 1880. Según las crónicas de la época, Manuel
Antonio Bares como secretario de la comisión envió a Segismundo Moret la
cantidad de 1.086 duros y 53 centavos, cantidad que Moret entregó
posteriormente al cardenal Benavides, administrador de las ayudas los damnificados.
También forma parte Bares, gracias a su
intensa actividad iniciativa, y como
integrante de la Asociación española de Socorros Mutuos, como vocal del
congreso constituyente de la Confederación de las asociaciones españolas de
Socorros Mutuos de América del Sur.
Su extensa biografía como gran benefactor
social recoge también su trabajo como presidente de la Junta de Socorros de
Mercedes y miembro de otra comisión social encargada de socorrer y ayudar a los
perjudicados por las inundaciones que crearon el caos en la provincia de
Almería y en el municipio toledano de Consuegra. Bares no repara en medios para
recoger donativos y dinero para esta causa e incluso llega a promover en
tierras argentinas una suscripción popular de la fueron Promotores en tierras
españolas las insignes figuras de las letras gallegas Emilia Pardo Bazán y Alfredo
Vicenti Rey.
Manuel Antonio Bares, solidario con sus
colegas de profesión y con los literatos. tampoco duda en forma parte y,
llegado el caso, en encabezar la comisión de auxilio a la viuda e hijos de
Romero Jiménez, y como miembro de la junta de auxilios al poeta argentino
Gervasio Méndez, formando también parte de la sociedad literaria argentina
"Bernardino Ribadavia".
Habíamos dejado a un Manuel Antonio Bares
como un importante administrativo en una de las mejores casas comerciales de
Mercedes Pero su cultura y su personalidad, así como la experiencia adquirida
en estos primeros cinco o seis años de estancia en tierras argentinas, hacen
que Bares adquiera nuevas inquietudes profesionales.
Un tanto cansado de su actividad comercial,
Manuel Antonio Bares decide en el año 1881 dedicarse a la procuraduría
judicial. Como ya hemos señalado un poco antes, eran años en los cuales bajo la
presidencia de Julio A. Roca se desarrolla la política de fomento de las
actividades de los registros y de la Judicatura argentina, así como la
potenciación de las grandes instituciones y organismos públicos de la Administración
civil argentina. Bares se consagra al estudio del Derecho, con
el apoyo total de su mujer Francisca Peralta. Esta nueva actividad profesional
la centra Bares en conseguir que los ciudadanos prescindan de la dirección
letrada en sus asuntos. Esta defensa que hace Bares de la causa obtiene éxito.
Pero. en el mes de diciembre de 1892, el juez Etcheverri, uno de los
magistrados mejor preparados de la República, exigió la firma de abogado en los
escritos de Bares, fundándose en lo preceptuado en el artículo 175 de la
Constitución de la provincia de Buenos Aires.
A raíz de esta polémica, Manuel A.
Bares inserta un artículo en el periódico "El Provincial” de Mercedes,
publicado el 14 de agosto de 1892, en el cual hace una encendida defensa de la
libertad de los derechos y las causas civiles. El juez Etcheverri negó tal
libertad "en un largo y doctrinal informe", pero la Cámara de
Apelaciones dio la razón y el triunfo a las tesis de Bares en diciembre de
1892.
LA
ACTIVIDAD POLÍTICA DE BARES
La actividad política de Manuel Antonio Bares
sufrió un cambio profundo tras aquellos primeros años de estancia en su nueva
ciudad de adopción. Como ya se ha visto en capítulos anteriores, Bares abandonó
Galicia un tanto frustrado de, la situación política que se vivía en la España
de la Restauración y de la persecución que sufrían los defensores de los
ideales republicanos tras el fallido experimento de la Primera República española
y sus cuatro gobiernos. Bares siempre mantuvo sus ideales y creencias republicanas en tierras
argentinas. como bien lo demuestran algunos de sus trabajos periodísticos más
sobresalientes referidos a grandes figuras políticas como es el caso del último
presidente del gobierno republicano Emilio Castelar, a quien Bares le dedica un
precioso trabajo a finales de siglo, artículo que publican varias de las más
prestigiosas revistas y diarios de la época.
Pero su llegada a la ciudad de Mercedes hace
cambiar a un Manuel A. Bares treinteañero que, quizás debido al prestigio del
cual goza su pluma y a la situación social en la cual desenvuelve su trabajo en
tierras argentinas, opta por enmarcarse en las ideas liberales que en aquel los
años dominaban entre la clase media y alta de la República Argentina. Su
matrimonio y la convivencia entre los sectores sociales más altas de la
sociedad de Mercedes llevan a Bares a implicarse en el trabajo del partido
liberal, también conocido popularmente como "los mitristas", que
adoptan el nombre de Bartolomé Mitre, uno de los políticos que marcaron la
historia de la joven República Argentina.
Bartolomé Mitre (1821-1906) fue
un militar, político y escritor con una intensa vida y un personaje que marcó
la historia Argentina de la segunda mitad del pasado
siglo. Siendo un joven y destacado militar tuvo que abandonar su tierra
Argentina para exiliarse en Montevideo por ser contrario a las ideas del por
entonces denominado Dictador de la República, el presidente Juan Manuel Rosas.
Tras participar en los dos sitios a la ciudad de Montevideo, pasa a la vecina
república de Bolivia donde el presidente Ballivián le nombró director del
Colegio Militar. Pero el espíritu militar del joven Mitre le lleva a participar
en las luchas políticas bolivianas y en pocos años decide pasarse a Perú y
Chile, perseguido por sus enemigos políticos.
En 1852 el general Urquiza es nombrado
presidente provisional de Argentina tras derrocar a Rosas en una campaña
militar a la cual se une Mitre para mandar la artillería de Urquiza en Caseros.
Al año siguiente se reúne en Santa Fe el Congreso Constituyente que promulga la
primera Constitución Argentina. La provincia de Buenos Aires no acepta esta
Carta Magna y se autoproclama como estado independiente. Mitre es uno de los
cabecillas militares que toma parte por la causa de Buenos Aires. Pero en 1859,
las fuerzas del presidente Urquiza libran la batalla de Cepeda en las cuales
derrotan a los partidarios de Buenos Aires y las trece provincias de su
Confederación.
En 1861, asume la presidencia de la
República, el doctor Santiago Derqui, cuyo gobierno fue breve debido a que
Buenos Aires vuelve a tomar las armas en defensa de las autonomías provinciales
y en la batalla de Pavón estas fuerzas rebeldes al gobierno de la república, al
mando del general Mitre obtienen la victoria y como consecuencia de ella
provocan la caída de Derqui y la exaltación a la presidencia Argentina de
Bartolomé Mitre, quien asume el gobierno de la nación tras haber sido designado
al cargo el 5 de octubre de 1862 por una asamblea de electores controlada por
él mismo.
Durante su presidencia y como parte
fundamental de su ideario y de la defensa a ultranza de la unidad del país, se
consolida la unión de las provincias, se establece el funcionamiento normal del
poder legal, se constituye la Corte Suprema de Justicia de la República
Argentina y se organiza la Administración Pública del país.
El gobierno del general Mitre, en el período
entre 1862 y 1868, está marcado por una gestión muy personalista del poder y,
en ese sentido, combate a todos aquellos gobiernos personalistas provinciales y aniquila a sus caudillos. Su militarismo le lleva a aliarse con Brasil y
Uruguay para declararle la guerra a su vecina Paraguay en el año 1865. El
general Mitre asume el mando de las fuerzas de la Triple Alianza.
En el aspecto económico, el gobierno de Mitre
se caracteriza por no lanzar empréstitos forzosos, ni imponer contribuciones
extraordinarias ni emitir papel moneda. Mitre y su gobierno optan por mantener
la estabilidad de la moneda Argentina y la de los precios, reorganizar el
crédito público y destinar casi la mitad de las rentas generales a pagar las
rentas de los empréstitos contraídos sobre todo con la banca inglesa.
No obstante, su política económica proinglesa
y librecambista. conforme a los intereses mercantiles del poder oligárquico que
dominaba Buenos Aires, implicó la destrucción definitiva de las industrias
artesanales del interior de la nación. En el aspecto meramente político y
social, la personalidad de Mitre y su vocación literaria le llevan a fundar, a
los dos años de dejar la presidencia del país en manos de Domingo J. Sarmiento,
el periódico "La Nación", que aún hoy sigue controlado por la familia
Mitre. Su fuerte personalismo te lleva en el año 1874 a acaudillar una
revolución contra el presidente electo Nicolás Avellaneda, pero fue derrotado.
En cuanto a su obra literaria, histórica y
periodística, Bartolomé Mitre destacó como historiador y crítico y publicó
varios trabajos relativos al proceso histórico político argentino como fueron
sus obras "Historia de Belgrano y de la independencia argentina"
(editada en 1887), "Historia de San Martín y de la emancipación
sudamericana" (que se publicó en 1889‑90), su novela
"Soledad" ( 1847), "Rimas" ( 1854) y "Horacianas"
(escrita dos años antes de su muerte, en 1900).
Las Ideas del partido liberal o
"mitrista" calan pronto en la sociedad de Mercedes, muy influenciada
por el poder de su vecina Buenos Aires. Manuel A. Bares también se adhiere a la
fiebre "mitrista" y pronto toma partido en la defensa de estos
ideales, sobre todo, de la unificación del país argentino.
Retomando la actividad política de Manuel
Antonio Bares podemos señalar que el comité autonomista del partido
“mitrista" , durante una celebración social en Mercedes obsequia a Bares
el 1 de enero de 1885 con una pluma de oro. Este regalo es ofrecido a Bares por
su labor solidaria en Mercedes. Se le reconocía a aquel joven emigrante gallego
sus trabajos solidarios de ayuda a las más variopintas causas y su pertenencia
a numerosas sociedades y comités de ayuda con el fin de recaudar fondos para
personas necesitadas o para la población afectada por desastres naturales.
Bares, con 30 años, obtiene un reconocimiento nacional a su labor social y humanitaria
y a la labor de concienciación ciudadana que desarrolla a través de sus
trabajos periodísticos en la prensa local y bonaerense.
En 1886, Bares ya está completamente
integrado en la alta sociedad de Mercedes y es uno de los más reconocidos
personajes de aquella ciudad, llegando su fama a los círculos sociales y
políticos de la capital Buenos Aires, donde ya comienza a publicar sus trabajos
en el diario de su admirado Bartolomé Mitre, "La Nación".
En aquel año, Manuel Antonio
Bares recibe el respaldo de sus conciudadanos mercedinos que le votan para
formar parte de la Municipalidad. Bares no se niega y meses más tarde llega a
formar parte como presidente de la Comisión de Serenos, del gobierno local
mercedino.
Esta actividad política coincide con la llegada
al poder el 12 de octubre de 1886 de Miguel Juárez Celman. elegido presidente
de la República por una amplia mayoría al contar con el respaldo de la Liga de
los Gobernadores. del Partido Autonomista Nacional y del apoyo de su antecesor
en el cargo, el general Julio Argentino Roca Juárez Celman instaura el sistema
de gobierno conocido como "unicato", que concentra en el presidente.
además de las atribuciones inherentes al cargo, la totalidad de los resortes
gubernamentales, la jefatura del partido gobernante y una incuestionable
hegemonía sobre el Congreso, la Justicia y los gobiernos provinciales.
Pero la gestión de Juárez
Celman se ve estrangulada por la corrupción administrativa, el abuso del
crédito bancario, el aumento de la deuda pública, etcétera. Pero en el lado
positivo, durante su mandato se sientan las bases de muchas de las fuentes de
riqueza argentinas. Así, se constata un crecimiento de la población; se
desarrolla la región de la Pampa y se lleva a cabo una importante acción
legislativa con la promulgación de la ley sobre la unidad monetaria; la ley de
organización de los tribunales argentinos; la ley que implantaba la educación
gratuita. obligatoria y laica: la ley del Registro Civil y la de matrimonio
civil y otras.
Durante el año 1889 estalla en el país una
conspiración contra el presidente Juárez Celman promovida por elementos
clericalistas y "mitristas" y en la cual también participan figuras
de la aristocracia bonaerense. Este estallido social surge a raíz de la
promulgación de las leyes antes citadas que estos sectores consideraban como
una declaración de guerra a sus principios y concepciones. En este año también
se registra la constitución de la Unión Cívica de la Juventud como fuerza
opositora al régimen de Juárez Celman.
Al tiempo, en 1888 se aprecian los primeros
síntomas de la crisis económica y financiera en la cual se sumirá el país en
1890, con el descenso de la entrada de los fondos extranjeros, lo cual lleva
implícito la dificultad de desarrollar las exportaciones argentinas, mientras
las importaciones siguen un rápido ritmo de crecimiento. A ello hay que añadir,
en 1890. la caída de los precios internacionales de los productos argentinos
exportables y el fracaso de la cosecha de trigo. Esta crisis en la balanza
comercial obliga al gobierno de Juárez Celman a repudiar la deuda externa. Como
consecuencia directa de esta crisis económica se producen una oleada de
huelgas, cincuenta y ocho entre los años 1891 y 1896, ya que repercute y
perjudica a aquellos que dependen dé ingresos fijos, especialmente la clase
obrera industrial.
El 26 de julio de 1890 estalla una nueva
revolución armada contra el gobierno presidencial, cuya política económica
estaba llevando al país a la bancarrota. El origen inmediato del alzamiento
parte de la Unión Cívica y el mitin dado en Buenos Aires, por esta organización
política nacida en abril de ese mismo año.
La Unión Cívica de la
Juventud se transforma el 13 de abril en Unión Cívica. durante un mitin en el
cual participan universitarios. obreros, empleados y artesanos. El iniciador de
esta nueva agrupación es Aristóbulo del Valle y Leandro N. Alem se convierte en
su jefe y caudillo. La Unión Cívica nace para defender el derecho al voto y la
autonomía de las provincias que forman la Confederación Argentina; asegurar la
aplicación estricta de los preceptos constitucionales y de las leyes de la
nación; evitar las malversaciones del dinero del Estado y alejar para siempre
del suelo argentino el fantasma de las tiranías, haciendo imposible la
resurrección de dictadores como Juan Manuel de Rosas.
La base social de la Unión Cívica está
integrada por los sectores empobrecidos por la desvalorización de sus ingresos
reales, productores agropecuarios perjudicados por la baja de los precios de
las exportaciones, comerciantes arruinados por la paralización de los negocios,
especuladores y bolsistas en bancarrota, católicos descontentos por las leyes
laicas, la clase media oprimida por una política que le cierra el acceso al
poder y a la riqueza, militares y políticos prestigiosos, entre ellos,
Bartolomé Mitre.
El 26 de jul ¡o de 1890 estalla la revolución
y a el la se unen numerosos oficiales y es dirigida por el general Manuel
Campos. El gobierno de Juárez Celman declara el estado de sitio., moviliza la
Guardia Nacional y el día siguiente, el general Nicolás Levalle, comandando
efectivos militares leales, ataca e) cuartel general de los insurrectos y los
vence, aplastando la revolución.
La intensificación de la tensión social, la
aparición de los primeros movimientos obreros en la República y la evidencia de
proyectos dictatoriales de algunos jefes militares, impulsan una reunión
conjunta de las dos Cámaras, que se celebra el 6 de agosto de 1890 y en la cual
setenta senadores y diputados suscriben un acuerdo por el cual se invita a
Juárez Celman a renunciar, viéndose éste obligado a hacerlo ese mismo día. El 7
de agosto accede a la presidencia de la República Carlos E. Pellegrini.
Pero la Unión Cívica no dura mucho y a
mediados de 1891 se produce una división en su seno con la creación de la Unión
Cívica Radical que dirige Leandro N. Alem, y la creación de la Unión Cívica
Nacional, que dirige el incombustible general Bartolomé Mitre y al cual se
adhieren sin pérdida de tiempo sus fieles seguidores Manuel Antonio Bares pasa
a formar parte de esta nueva agrupación política "mitrista".
En este punto es necesario
reseñar la importancia social y cultural que tiene para el desarrollo de la
colectividad emigrante 'en la República Argentina la actividad de numerosas
personalidades destacadas de este colectivo. Numerosos nombres como los de
Manuel Castro López, Manuel Barros, José María Cao, José Ramón Lence. Manuel
López Lorenzo, Ramón Conde Salgado, Cisneros Luces o el propio Manuel Antonio Bares.
Estos hombres, llegados a la República
Argentina en la segunda mitad del pasado siglo se convirtieron en los
verdaderos precursores del movimiento civil, social y cultural que animó la
vida de la. colectividad emigrante y mantuvo viva la llama de la tierra madre
en tierras sudamericanas.
Alberto Vilanova Rodríguez en su libro sobre
los gallegos que marcaron historia en la República Argentina, señala que entre
esta colectividad gallega emigrante en los años posteriores a 1870. se detecta
el nacimiento de las primeras manifestaciones de galleguidad. De esta
generación de emigrantes van a salir los primeros Centros Gallegos, radicados
en Buenos Aires (de muy corta existencia. aunque le cupo el honor de ser el
organizador de los primeros Juegos Florales de la historia de América, y en el
cual participa nuestro Manuel Antonio Bares, como se expondrá más adelante) y
en Avellaneda.
De este colectividad surgen los diarios como
"El Gallego", el segundo en importancia del colectivo emigrante en
América, dirigido por Cisneros Luces, y "El Eco de Galicia",. fundado
por el extraordinario caricaturista y dibujante José María Cao, y dirigido
posteriormente por Castro López. De este núcleo de la intelectualidad emigrante
también salen los primeros orfeones gallegos, activos animado res de numerosas
veladas musicales; en este ambiente se cultiva la lengua gallega, en los
innumerables certámenes literarios, y se llegan a organizar suscripciones con
destino a la tierra gallega para honrar a personalidades esclarecidas con fines
humanitarios o culturales.
Señala Alberto Vilanova que "todo esto,
expuesto en ceñidísima síntesis, es lo que se debe a estos hombres que fueron
pacientemente sembrando entre sus coterráneos. con las naturales vicisitudes,
la semilla del amor a su tierra, labor, por otra parte, que no se le reconoce
con la amplitud y la veracidad necesarias en nuestros días, mientras no faltan
los ocasionales buhoneros de la patriotería, que se arrogan con risible
petulancia iniciativas o méritos que pertenecen exclusivamente a nuestros
precursores. de aquellos tan poco conocidos como demeritados".
Remontándonos a los primeros
años de estancia en la ciudad de Mercedes. Manuel Antonio Bares no dejó de
estar vinculado al mundo del colectivo emigrante gallego. Su profunda "morriña"
de la tierra gallega le llevó a mantener numerosas colaboraciones periodísticas
en medios de comunicación vinculados con el colectivo emigrante gallego. Manuel
A. Bares comienza así una densa y amplia labor de colaboración periodística con
la Galicia de la diáspora.
Sus primeros escritos, además de los
publicados en la prensa local mercedina durante aquellos primeros años de
emigración y adaptación a su nueva ciudad de adopción, serán acogidos en el
diario "El Álbum". editado en la vecina localidad de Chivilcoy, y del
cual era "alma mater" su director el también emigrante gallego Manuel
López Lorenzo, persona con la cual Bares mantuvo una estrecha amistad a lo
largo de los años.
Pero hagamos un repaso de las figuras más
señaladas de la prensa gallega en la emigración, con los cuales Bares mantuvo
relación.
MANUEL LÓPEZ LORENZO
Manuel López Lorenzo nació en Santiago de
Compostela el 19 de mayo de 1842 en el seno de una familia de humildes
artesanos. Sus padres intentaron que el joven Manuel estudiase una carrera e
influyeron para que ingresara en el Seminario Conciliar compostelano. La idea
no le convenció mucho, pero fue alumno aventajado de Filosofía y Teología. Pero
a los dos años de iniciar sus estudios se convenció definitivamente de aquellos
no eran los más aconsejables y abandonó el seminario para, al igual que otros
seminaristas frustrados, tomar el camino de América.
Llegado a Buenos Aires en
1864 intentó sin éxito trabajar en dos periódicos españoles que allí se
editaban "La España" y "El Imparcial Español" pero como las
bajas, o mejor dicho, escasísimas, retribuciones de las colaboraciones
periodísticas no llegaban para mantener una vida, Manuel López decide dejar por
el momento sus aficiones literarias y comienza a trabajar en el mundo del comercio
en la localidad de San Nicolás de Hoyos. En pocos años, López Lorenzo vuelve a
Buenos Aires donde es encargado de redactar el Álbum de la Guerra del Pacífico,
dedicado al ilustre marino pontevedrés Casto Méndez Núñez. La publicación de
esta obra lleva prácticamente a la ruina al escritor.
Otro emigrante español. el
catalán Enrique Casellas, le echa una mano al escritor gallego y le ofrece la
dirección de una escuela de niños en la localidad de Rojas. desde donde se
traslada en 1868 a la villa de Chivilcoy, donde ganó el concurso público de
méritos para acceder a la dirección de la escuela superior. Comienza entonces
su vida en esta localidad, en la cual funda su orfeón y se casa con Emilia
Araujo. Tras perder a su mujer al poco tiempo de casarse, López Lorenzo se hizo
popular en la villa por sus escritos periodísticos y su labor social. También
militó en la Masonería.
Manuel López Lorenzo fue
también militante mitrista y la revolución de sus seguidores en 1874 le costó
la pérdida de la dirección de la escuela. Cesadas las convulsiones políticas,
Lorenzo vuelve a Chivilcoy y se decidió por no aceptar puestos en la
Administración del Estado, sometidos en aquella época a los vaivenes de los
políticos de turno. Se establece por cuenta propia y autónoma fundando un
colegio particular, que muy pronto gozó de gran prestigio.
La obra literaria de López
Lorenzo se encuadra en los marcos románticos de la época, con especial
relevancia en su elaboración poética. Fue un poeta fecundo y alcanzó merecida
popularidad. Sus trabajos sé desperdigaron por las numerosas publicaciones de
la época. Su primera obra cronológica, aunque editada en 1886 en Buenos Aires
fue "Cantares patrióticos", doce composiciones llenas de color y vida escritas en
diversidad de metros, desde la redondilla hasta la oda, en las cuales se
reflejaban sus posiciones patrióticas españolas en favor de Méndez Núñez
durante las guerras mantenidas en Perú y Chile. En 1810, según el investigador
gallego Castro López. López Lorenzo publicó "Camila O'Gorman", una
leyenda histórica y conmovedora. También escribió al comedia en un acto
"Una venganza feliz" con destino al cuadro de declamación del orfeón
de Chivilcoy. Su obra se completa con el libro de poemas "Flores del
alma" que dedicó al recuerdo de su primera mujer. También escribió piezas
teatrales pequeñas con destino a compañías infantiles de teatro que se
representaban en esta villa y en Mercedes.
La actividad poética de
Lorenzo le acumula fama y reconocimiento tanto en su villa de adopción como en
la capital Buenos Aires. Sus contactos con Manuel A. Bares se acrecientan tras
compartir actuaciones en las veladas literarias que se organizan en Mercedes y
Chivilcoy. En 1878, ambos participan en un certamen literario en Mercedes,
donde Manuel López Lorenzo obtiene la rosa de oro que premiaba su poema "A
la razón", ganador del certamen.
En 1881, el Centro Gallego
de Buenos Aires organizó uno de sus más famosos Juegos Florales y designó
mantenedor al escritor López Lorenzo, pero no pudo desempeñar este cargo
retenido por sus obligaciones profesionales en Chivilcoy como secretario de la
Comisión del Censo. Los responsables del Centro Gallego llamaron entonces a
Manuel Antonio Bares para que desempeñara el cargo de mantenedor oficial de
estos Juegos Florales, cargo que aceptó. Esta actividad social de Manuel A.
Bares también le permitió formar parte del jurado de los Juegos Florales del
Centro Gallego en 1834.
Un año antes, el 28 de abril de 1881. Manuel
López Lorenzo sufrió un fulminante ataque apopléjico que le segó la vida en
Chivilcoy. El gobierno argentino reconoció su obra literaria y su labor docente
y concedió una pensión a su segunda mujer, Teodosia Forgues
MANUEL BARROS
También colaboró Manuel
Antonio Bares en el periódico "La Nación Española" que dirigía el
también poeta, escritor y periodista gallego Manuel Vázquez Castro, más
conocido en el mundo periodístico como Manuel Barros. nacido el 1 de febrero de
1844 en la villa coruñesa de Padrón. Tras su trabajo como escribano en
Santiago, atraído por la sugestión de América, se embarcó en Vigo en el velero
"Faro" con destino a La Habana en Junio de 1862.
Hasta 1871, trabajó como dependiente de una
casa comercial regida por gallegos emigrantes, estudió francés, fue tenedor de
libros y también cajero de una casa comercial, iniciando sus colaboraciones
periodísticas y literarias en el famoso semanario satírico "Juan
Palomo", editado por la famosa empresa editorial "La Propaganda
Literaria" fundada por el gallego Alejandro Chao, y en el periódico
"La Voz de Cuba", donde Manuel Barros publica incendiarios trabajos
en defensa de la españolidad de la isla y en contra de su venta. Su actividad
patriótica le lleva a ingresar en la milicia voluntaria donde es nombrado
sargento.
Pero la fortuna le dio
serios reveses y abandonó la isla rumbo a Nueva Orleáns y, posteriormente, a
Nueva York, siguiendo a Newburgh, donde desempeña la plaza de un maestro en un
colegio, para seguir rumbo a Canadá y regreso a tierras europeas parando en
Liverpool. En octubre de 1872 llega a Vigo y al poco tiempo regresa a tierras
americanas, pero con destino a Buenos Aires donde trabaja como tenedor de
libros en el comercio de Carlos Casares, quien fue nombrado gobernador de la
provincia de Buenos Aires en 1875-78, ocupando Barros el cargo de
secretario particular.
Barros comienza publicar poesías en el
popular semanario "Antón Pirulero" que dirigió el poeta y crítico
Juan M. Villergas. Esta será la figura que unirá los caminos de Manuel Barros y
de Manuel Antonio Bares, ya que ambos participan de su admiración hacia el
ilustre poeta.
Ambos, también, participan en una velada
literaria celebrada el 17 de febrero de 1878, en la cual se recogieron fondos
con destino al poeta Villergas, que estaba pasando por una situación
verdaderamente angustiosa en Perú, donde estaba enfermo y muy pobre. En esta
velada, Manuel Antonio Bares leyó su trabajo titulado "El guerrero y el
apóstol". De este trabajo, el crítico Cisneros Luces escribió en la prensa
bonaerense de la época que "estaba apresado con la profunda y nerviosa
concisión de Tácito, con el aticismo de Cicerón y Quintiliano, con la gallardía
y grandeza de Víctor Hugo". También de este trabajo opinó Manuel López
Lorenzo señalando sobre su impresión sobre "El guerrero y el apóstol" que “tuve ocasión de
pregonar su mérito indispensable y
nadie me contradijo".
Manuel Barros también coincidió con Manuel
Antonio Bares en las páginas de¡ semanario "Almanaque Sudamericano",
editado en Barcelona con destino a los lectores de tierras sudamericanas. Ambos
periodistas publicaron en él parte de sus trabajos editados con anterioridad en
otros periódicos y revistas argentinos.
En 1879, Manuel Barros es elegido como primer
presidente del Centro Gallego de Buenos Aires, aunque no duró mucho tiempo en
el cargo por su carácter poco contemporizador y una serie de incidentes y
polémicas que protagoniza con otros medios de prensa gallega en la emigración,
como el periódico "El Gallego". Manuel Barros, en 1881 llegó a
presidir la comisión organizadora de los primeros juegos florales de América,
en los cuales. y como ya hemos reseñado antes, participó Manuel Antonio Bares
como mantenedor oficial al declinar la invitación Manuel López Lorenzo.
Barros creó la "Revista
Galaica" desde la cual atacaba a sus detractores de la colectividad
gallega. Su periódico no contó con la aquiescencia de sus compatriotas y
desapareció en junio de 1880. fundando ese mismo año el diario "La Nación
Española", uno de los más importantes de la prensa gallega en la
emigración. En este diario Barros publica su crítica literaria al libro de
Curros Enríquez "Aires da miña
terra".
De la importancia que tenía este periódico
entre la colectividad gallega en la República Argentina baste señalar que la
inmortal poetisa Rosalía de Castro le enviaba los poemas que habían de
constituir su libro "En las orillas del Sar". Cuando Barros visitó en
Padrón a la poetisa, Rosalía. al dedicarle el libro, estampó el siguiente
autógrafo: "Nadie más que usted tiene derecho a la dedicatoria de este
libro. Sin "La Nación Española", tal vez no lo hubiese escrito.
Reciba usted pues, el presente ejemplar como una prueba del sincero
agradecimiento de su afma. Rosalía de Castro Murguía".
Este viaje a tierras gallegas y a Padrón, en
concreto, lo repitió Barros en abril de 1884, tras contraer matrimonio con la
potentada dama argentina Paula Florido y Toledo. También, realizó la obligada
visita a Rosalía, cuyo estado de salud era muy delicado. Pero peor parado salió
Manuel Barros. ya que continuando su viaje de luna de miel por tierras españolas,
Manuel Barros moría en Sevilla en enero de 1885. dedicándole Castro López el
siguiente retrato del poeta, escritor y periodista : "era hombre amigo del
amigo, de carácter enérgico, emprendedor, sociable, observador profundo,
librepensador convencido', ardiente defensor de Galicia y del resto de España,
y escritor verdadero, de pura sangre".
CONDE SALGADO
Otra de las figuras de la prensa gallega emigrante es el coruñés Ricardo Conde
Salgado, nacido en abril de 1853, nieto del mayordomo de los condes de Pardo
Bazán, y por ello, mantuvo una larga
amistad con la escritora doña Emilia Pardo Bazán. Tras estudiar segunda enseñanza en A Coruña y Santiago,
donde obtuvo el título de bachiller, Conde Salgado se trasladó a Madrid para
estudiar Medicina en 1871, pero los avatares políticos en torno a la Primera
República, le obligaron a dejar la carrera en el segundo año de estudios y
embarcarse hacia América, llegando a Buenos Aires en diciembre de 1873 en la
corbeta “Eloisa”.
Al igual que los otros grandes literatos y
periodistas gallegos llegados a tierras americanas, Conde Salgado también tiene
como primer trabajo el sector comercial, aunque poco duró porque su vocación le
llevaba por derroteros literarios y de profesorado. Sus primeros trabajos periodísticos
se publican en “El Correo Español” y en
“El Gallego”, donde Conde Salgado se pone de parte de Cisneros Luces en su
polémica con Manuel Barros. También escribió en el diario “La Prensa Española”
del cual fue uno de sus fundadores y en cual compartió páginas con los trabajos
que este periódico publicó de Manuel Antonio Bares. Su trabajo periodístico
también tuvo cabida en las páginas de “La Opinión” diario del cual fue su
director; “El Eco de Galicia”, que dirigía Castro López, y el “Almanaque Gallego”.
Conde Salgado ejerció la enseñanza en el Instituto Mercantil de Buenos Aires y
en varios colegios particulares y obtuvo el título de escribano público en
1892.Fue catedrático de Geografía Marítima universal y particular de la
República Argentina, Chile y Perú”.
Conde Salgado protagonizó una dura polémica
con Emilia Pardo Bazán, a quien le unía una amistad desde niño, pero que se vio
truncada por un artículo de la escritora censurando desconsideradamente a los
emigrantes que en América se enriquecían, cuestión que generalizó de forma
desmesurada y provocó las airadas críticas de la colectividad emigrante gallega en América. Fue asiduo
Conde Salgado a la participación en los certámenes literarios que se convocaban en tierras argentinas por
la colectividad gallega y así, sus trabajos literarios recibieron galardones en
los Juegos Florales organizados por el Centro Gallego de Buenos Aires( en los cuales participaron también Manuel Barros y Manuel A. Bares), y en los Juegos Florales
convocados en Buenos Aires en octubre de 1904 por la Asociación Patriótica
Española, en los cuales formaba parte como miembro del tribunal calificador
Manuel Antonio Bares. Sus trabajos literarios y, en concreto su obra poética,
estaba escrita indistintamente en castellano y en gallego figurando su poesía
“O que foi” en la sección antológica del libro “Literatura gallega en el siglo
XIX” del autor Carré Aldao. Presente en toda la labor tendente a glorificar
Galicia y seriamente preocupado por su problemas espirituales, al fundarse la
Academia Gallega, de la que fue uno de sus primeros socios correspondientes,
casi en su fundación, formó parte de la Asociación Protectora de Buenos aires,
de la que llegó a ser presidente. Aquí se vuelve a cruzar la figura de Manuel
A. Bares con la de Conde Salgado, puesto que Bares fue elegido presidente de la
Asociación Protectora de Buenos Aires.
JOSÉ MARÍA CAO LUACES
Cao Luaces fue uno de los dibujantes y
caricaturistas más prestigiosos que dio la tierra gallega. Nacido en Santa
María de Cervo (Lugo), el 13 de diciembre de 1,862. trabajó junto a
su padre en la fábrica de porcelana de Sargadelos y allí ya despuntó como
dibujante. En 1877 la cerrar estos talleres se traslada a Gijón e ingresa como
pintor y decorador en un taller de loza, donde conoce al escultor gallego José
María López Rodríguez, quien le enseña a trabajar artísticamente, y durante dos
años también presta sus servicios como ayudante del pintor Nemesio Martínez
Vuelve
A Coruña como encargado de los talleres de decorado de una fábrica de
cristales y cursa las carreras de Comercio. Magisterio. Aduanas y Telégrafos.
Al tiempo. mantiene particularmente una prolífica obra de retratos y lienzos.
Como los jóvenes de la época como los casos
ya vistos de Manuel Antonio Bares. Indalecio Armesto. Conde Salgado, o del que
veremos más adelante. de Castro López- se afilia al partido republicano
federal de gran arraigo en tierras lucenses. Quizás debido a su significación
política cambió la plaza que se le ofreció como profesor de la Escuela de
Bellas Artes de A Coruña por su destino como emigrante en tierras
argentinas llegando a Buenos Aires en
1836.
En
la capital mezcla su trabajo de caricaturista y grabador con las clases de
profesor en un colegio particular. al tiempo que iniciaba su colaboración con
numerosas revistas. Durante su colaboración con el "Almanaque
Sudamericano'” coincide con Manuel Antonio Bares el cual está publicando una
selección de sus mejores artículos periodísticos en esta revista. En el
Almanaque Sudamericano" Cao Luaces es el responsable de la sección de
retratos. En esta revista, Manuel Antonio Bares comienza a colaborar en 1881 y
prolonga la publicación de sus trabajos literarios hasta 1900. con un artículo
sobre la figura del político español Emilio Castelar
Sus buenos trabajos gráficos
le llevan a colaborar en la revista satírica "Don Quijote" y tras su
clausura fundó y dirigió el periódico "El Eco de Galicia'*. cuyo primer
número salió a la venta el de febrero de 1892. En esta publicación inicia
numerosas campañas en defensa del país, del idioma gallego y del colectivo
emigrante. Tras dejar la dirección a Manuel Castro López. Cao Luaces fundó,
junto a Luis Pardo, "El Cid Campeador" en enero de 1894 y en abril de
1895 se refundió con "La Bomba". siendo Cao el director artístico. En
esta publicación insertó Cao sangrientas caricaturas contra los yanquis, que en
aquellos años comenzaban a implicarse en la guerra de Cuba en contra de los
intereses de España.
Cao Luaces, al igual que Manuel Antonio
Bares. también presta su colaboración en el periódico "La Nación", de
Bartolomé Mitre así como en la revista "Caras v Caretas" v en la
"Revista siendo detenido en numerosas ocasiones Por su impresionante
sátira gráfica.
Su actividad galeguista no la limitó a las
páginas de "El Eco de Galicia” y
participó de los mismos intereses que Curros Enríquez. Eduardo Pondal o
Manuel Murguía, Y con esta orientación fue presidente (le! comité organizador
del segundo Centro Gallego de Buenos Aires. y primer presidente de la junta
directiva de esta asociación. Al tiempo, fue organizador y fundador del Orfeón
Gallego.
Luis Seoane escribe de Cao Luaces. en la obra que le dedica editada en Buenos Aires en 1954 : "Defensor de los ideales regionalistas. se muestra en sus escritos como buen conocedor de la historia peninsular y del carácter diferencial de su pueblo. El que quiera escribir con éxito para nuestros gallegos. ha de identificarse con ellos Poniéndose en relación directa con el sentimiento de sus gustos e inclinaciones; ante todo debe sentirse gallego. para darle a cuanto escriba las tonalidades de nuestra idiosincrasia. Así escribieron Rosalía de Castro Y Curros y por eso vivirán sus obras mientras haya gallegos en el mundo". Y añade Seoane: “Castelao, nuestro más grande humorista contaba con que placer veía de niño, primero en Argentina, y luego en Galicia, los dibujos de Cao. Seguramente Castelao conoció de Cao mucho más que los dibujos, quizás también muchos de sus artículos, ensayos y el pensamiento que sobre Galicia Cao sostuvo, en años de batalla en el seno de la colectividad gallega de su época, y que tan próximo fue, en su espíritu, al pensamiento del mismo Castelao”.
Manuel Castro López nació en
Lugo el 22 de Julio de 1860. Afiliado desde muy Joven al republicanismo.
militando en el Partido Republicano Federal que dirigía Pi y Margall, siendo
uno de los organizadores y secretario de la histórica asamblea federal reunida
en 1887 en aquella villa,. que estableció un anteproyecto de
Constitución para un futuro estado gallego. En Lugo fundó en 1891 la Asociación
de Escritores y Artistas lucenses.
Ingresó en los tribunales de Justicia v a los 18 años desempeñaba el cargo de
oficial mayor.
Su actividad periodística le lleva a fundar
en 1890 el diario "El Ciudadano". periódico federal del cual sólo
salieron cuatro números Tiempo antes publicó una pequeña obra titulada
"Los jesuitas al desnudo" (A Coruña, 1887) prologada por Manuel Amor
Meilán y que contenía un claro espíritu anticlericalista. También publicó
"Hijos distinguidos de la provincia de Lugo" 1890). "Efemérides
Galaicas" (Lugo, 1891) y la *'Asociación de Escritores y Artistas de
Lugo" (Lugo. 1391).
Pero estos escritos y sus campañas en pro de
la democracia y la defensa de sus valores republicanos. someten a Castro López
a todo tipo de presiones y se ve obligado a emigrar, llegando a Buenos Aires en
1892. Allí colabora en varios medios de prensa comienza a ser asiduo
columnista en las páginas del periódico El Eco de Galicia que aún dirigía el
caricaturista gallego José María Can
Luaces, fundador de la publicación. A los pocos meses Cao le propone que se
encargue (le la dirección del diario. cargo que Castro López acepta, siendo
director del diario hasta su muerte en 1926.
Bajo la dirección de Castro López. "El Eco
de Galicia" se mantuvo fiel a los principios de Cao Luaces. pero con más
brillantez. constancia, erudición y espíritu galleguista. Sin olvida los
problemas materiales de Galicia. trataba con preferencia temas culturales de
nuestra región. especialmente aquel los de carácter histórico o literario. En
este diario. de la mano de Castro López. colaboraron los más insignes
escritores gallegos. tanto los residentes en la República Argentina, entre
ellos Manuel Antonio Bares, como los residentes en tierras españolas.
Al tiempo, Castro López combina estos
trabajos periodísticos con el ejercicio de su carrera como escribano en el
despacho del abogado argentino Echevarria. Pero, su trabajo periodístico le
llena todas las horas. Así, la tarea profundamente galleguista que realizó
desde las páginas de "El Eco de Galicia" tuvo un digno complemento
con la edición del semanario "Almanaque Gallego que fundó en 1893 y en el cual
llegaron a colaborar las personalidades
más destacadas e las letras gallegas , así
como firmas de calidad
americana. Esta publicación se mantuvo durante 29 años seguidos, publicándose
en el último tomo –el número 30- después de la muerte de Castro López, acaecida
el 25 de junio de 1926.
En el “Almanaque Gallego”, que dirigía Castro
López, Manuel Antonio Bares escribió numerosos artículos entre los años 1898 y
1912. en sus páginas, Bares alternaba su firma
con la de personalidades tan destacadas como Eduardo Pondal, Ricardo
Conde Salgado, Curros Enríquez, Emilia Pardo Bazán, Manuel Murguía, Barcia
Caballero o Waldo Insua.
Este compromiso con Galicia desde la
colectividad emigrante le lleva a ser socio de mérito de la Liga Gallega en
1899, Castro López hace famoso su lema “Todo por Galicia y para Galicia” y es
homenajeado en numerosas ocasiones por su entrega a la defensa del galleguismo,
el más importante de los cuales se lo
tributan en 1905 todos los intelectuales gallegos, concediéndole el gobierno
español en 1922 el título de caballero
de la orden americana de Isabel la Católica. También su amplia actividad social
le llevó a formar parte de numerosas entidades sociales y culturales como ser
miembro correspondiente de la Real Academia gallega, de la Real Sociedad
Geográfica de Madrid, de la Academia Española de la Historia, de la Academia
Americana de la Historia de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias Y
Artes de Cádiz. de la de Bellas Artes de Málaga y de la Asociación de
Escritores y Artistas de Madrid.
Alternando con su 'labor periodística, Castro
López llevó a cabo un gran trabajo de investigación histórica sobre la
influencia gallega en América y publicó, en este campo. obras como "El
padre intelectual de los próceres de la independencia Argentina" (Buenos
Aires. 1903-04-05); "Un heterodoxo español en el primer
claustro universitario de Buenos Aires" (Buenos Aires. 1904) ; "Una
expedición de La Coruña al Plata en 1526" (Buenos Aires. 1907 );
"Fray Pedro Guitián” (Buenos Aires, 1903) ; "El coronel José
Neira" (1908). "El padre de Ribadavia" (Buenos Aires, 1909) :
"Don José M. Gorordo" (Buenos Aires. 1909) , "Tres obispos
gallegos en Quito". Publicó numerosos libros sobre poetas como Manuel
López Lorenzo (Buenos Aires. 1903 o César Cisneros Luaces (Buenos Aires. 1899).
varios libros de poesía y su último trabajo editado fue en 1921. "De mi
firma".
JOSÉ RAMÓN LENCE
Lence es otro de los
personajes claves del colectivo gallego emigrante en la República Argentina y
como los precedentes forma el núcleo de la actividad intelectual gallega en la
diáspora. José Ramón Lence nació en 16 (le octubre de 1874 en A Coruña. donde
pasó los primeros años de su vida. realizando después, los estudios de segunda
enseñanza en Monforte de Lemos, donde inicia su actividad literaria a los 17
años con la publicación de sus trabajos en la prensa local. llegando a dirigir
con 21 años el periódico "La Opinión”.
Esta actividad literaria la complementaba
Lence con su plaza de oficial del ayuntamiento de Monforte y un cargo
suplementario en la estación de ferrocarril. Frustradas sus aspiraciones como
subjefe en los ferrocarriles del Norte Lence se embarca para América,
desembarcando en 1901 en Montevideo. Trabaja durante un año en el periódico
"La Democracia" y cuando se entera de que en Buenos Aires se funda
"El Diario Español'*, solicita una plaza de redactor y tras pasar la
oportuna prueba inicia sus servicios en abril de 1905.
Su actividad periodística le
lleva a formar parte de la redacción de "El Diario", periódico de la
tarde de gran tirada., y de " La Argentina" publicación de noche que se editaba en Buenos Aires. Pero la
necesidad que sentía Lence (te dotar a la colectividad gallega de un rotativo
que defendiese a Galicia y a sus intereses. y el espíritu de galleguidad entre
este colectivo le mueve a fundar el semanario al cual pone como cabecera
"correo de Galicia" que ve su primer número e 1 22 de marzo de 1908.
En su editorial de presentación, bajo el
título de "En la brecha". "Correo de Galicia" manifiesta
que " pretendemos que sea el fiel exponente de la cultura y aspiraciones
de nuestro país. aquí donde es fuerza confesar que aún se nos conoce a través
de una falsa leyenda que la ignorancia popular se ha ido encargando de propagar
con una constancia digna de menor causa. y abrigamos la plena convicción de que
con una labor seria y continuada en ese sentido se desvanecerán muchos errores
y el nombre de nuestra amada Galicia será pronunciado con e1 respeto a que por
tantos títulos tiene derecho". Después de afirmar que el amor a Galicia no
entibia e1 amor a la "España santa en su unidad e inviolable en su derecho",
afirma que "a prestigiar el nombre de Galicia y de España y a defender los
intereses de una que son los de la otra. se encaminarán nuestros esfuerzos y
energías. contando con el valioso concurso que han de prestarnos nuestros
compatriotas de quienes hemos recibido tantas y tan inequívocas pruebas al sólo
anuncio de la publicación de este periódico. No han de quedar defraudadas
tantas esperanzas, pues "Correo de Galicia" que hoy se presenta
modestamente, siente nobles aspiraciones de crecer haciéndose digno de la
colectividad a que pertenece por completo ...
El fundador de "Correo de Galicia"
es Fortunato Cruces Angueira en 1898. teniendo muy corta vida. Reaparece un año
más tarde en su segunda época, fundado por Juan González Montenegro. v cesa en
1900. La tercera y definitiva época de la histórica cabecera reaparece en 1903.
de la mano de sus fundadores José Ramón Rodríguez Lence y Vázquez Romaguera. En
el año 1945 cambió su título por el de "Nuevo Correo".
Lence lanza desde su periódico numerosas campañas.
Tras los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona. en 1909. Lence defiende a
las autoridades *españolas. lo que le vale el apedreamiento de la redacción del
diario. En 1914 mantuvo. desde sus páginas. la defensa de las tesis aliadas en
la Primera Guerra Mundial, llegando a fundarse en el local del periódico el
Comité Español Pro Aliados. También lanzo una campaña para conocer entre
sus lectores cual era la provincia más bella de Galicia. obteniendo la mayoría
de los más de cien mil votos registrados en la redacción. la provincia de
Pontevedra.
Otra campaña que llenó de prestigio su
semanario fue la promovida al sobrevenir el golpe de Estado del general Primo
de Rivera. Desde las páginas de "Correo de Galicia". Lence publica
numerosos artículos contra el Rey y el general dictador. teniendo cabida en sus
páginas las soflamas del escritor y rector de la Universidad de Salamanca,
Miguel de Unamuno y del también escritor Vicente Blasco Ibáñez. En 1931 al
proclamarse la II República Española. promovió entre la juventud gallega
emigrante una encuesta para que se pronunciase sobre la Autonomía de Galicia de
la que era un ferviente partidario Lence.
En las páginas de "Correo de
Galicia" hicieron sus primeros "pinitos" periodísticos y
literarios personalidades de la cultura gallega como Suárez Pical lo. Eduardo
Blanco Amor. Ribadulla. Rodolfo Prada Y otros. Entre las firmas que aparecían
con notable frecuencia en sus páginas debemos destacar los artículos de Ramón
Otero Pedrayo. Eduardo Pondal, Álvaro Cunqueiro. Pio Baroja, Azorín. Armando
Palacio Valdés, Miguel de Unamuno, Juan Ignacio Luca de Tena. Ramiro de Maeztu.
Salvador de Madariaga, Gregorio ‑Ni arañón. César González Ruano, José
María Pemán. Ramón Gómez de la Serna. e incluso se llegó a insertar en los años
treinta un artículo de Benito Mussolini con el título "La Iglesia y el
Estado".
Entre las figuras gallegas
también debemos destacar las firmas de José Calvo Sotelo, Vicente Risco.
Francisco Camba, Wenceslao Fernández Flórez. Ramón María del Valle Inclán,
Manuel Lustres Rivas y de Johan Carballeira (seudónimo periodístico de José
Gómez de las Cuevas, excepcional periodista de "El Pueblo Gallego" y
alcalde republicano de Bueu que fue fusilado en 1937 tras consejo de guerra).
Lence fue un activo militante galleguista en
tierras argentinas y sudamericanas. Como escritor dejó obras como
"jornadas de lucha" (Buenos Aires 1924). recopilación de artículos
referentes a su viaje a Galicia en 1922. Y “Memorias de un periodista"
(Buenos Aires. 1945) libro de carácter autobiográfico. Como autor teatral,
Lence escribió "La Galleguita". zarzuela en un acto, "La
conquista de América", adefesio literario en un acto: "Rosiña de
Belesar”: "E1 almacenero” sainete lírico en un acto; "Gente de
casa". comedia estrenada en 1915: "Luz de aurora". comedia en
tres actos. y la comedia "El Sr. Presidente". última obra teatral de
Lence.
Como periodista. José Ramón Lence fue uno de
los primeros periodistas españoles, sino el primero. Su fama profesional le
llevó a ser miembro de la comisión directiva del Círculo de Prensa de Buenos
Aires, siendo reelegido en ocho ocasiones y desempeñando esta cargo durante 16
años. Lence falleció en el Centro Gallego. del cual fue su principal impulsor,
el 19 de enero de 1951.
EL PRIMER LIBRO DE BARES
Nuestra investigación sobre la vida de Manuel
Antonio Bares había quedado en el correr de los años finales de la década de
los ochenta con un Bares dedicado a una amplia labor social y cultural e
implicado en la vida política desde sus posiciones “mitristas". Los
artículos del prestigioso literato gallego que se Prodigan por periódicos y
revistas de toda Argentina. merecen ya el honor de ser reproducidos por
publicaciones americanas y europeas. lo que acrecienta su fama.
Tanto en la prensa local
mercedina ("La Justicia" y "El Argentino"). como en los
rotativos bonaerenses de difusión nacional como "La Nación" y
"La Prensa” y las recopilaciones recogidas en la prensa del colectivo
emigrante allego ("El Eco de Galicia") dotan a Bares de fama nacional
en tierras argentinas . Sus trabajos costumbristas más próximos a retratos sociales cortos, son publicados en el
"Almanaque Sudamericano una de las revistas más prestigiosas y de calidad
de Sudamérica en cuyas páginas Bares inserta lo mejor de su obra.
Manuel Antonio Bares inicia su colaboración
en 1881 con su artículo "Recuerdas" y en cada uno de los años hasta
1884. el "Almanaque Sudamericano" acoge artículos de Bares
("Nostalgia". "Impresiones". "La Noche" y "La
Historia de una gota de agua"). En 1883. esta revista
inserta junto a su artículo "La Noche", un retrato de un Manuel
Antonio Bares joven. En esta revista no se registra ninguna colaboración más
hasta el año 1900 con un trabajo sobre el político español Emilio Castelar.
Pero la "morriña" y la
"saudade" también hacen presa en el gallego Bares. Corría el año 1889 y
se cumplían catorce años de su salida desde Vigo hacia tierras argentinas. Pese
al contacto que le suministraba el correo con sus familiares en tierras
gallegas, Bares decide que ya es tiempo de hacer una visita a su tierra madre.
Su desahogada economía. fruto de su trabajo como jurista y sus reconocidas
colaboraciones literarias. así como la paz de espíritu ganada tras su
matrimonio con Francisca Peralta y el nacimiento de sus hijos. permiten a Bares
preparar este viaje a Galicia. Allí verá por última vez a su padre Manuel quien
dos años más tarde el 9 de octubre de 1891 fallece en su casa de Bueu.
Pocos días antes de embarcarse Manuel Antonio
Bares es invitado por un grupo de amigos
en su mayor parte intelectuales y comerciante, todos ellos de la
colectividad española residente en Buenos Aires a un banquete que se celebró en
el "Café Filipo" bonaerense. En el transcurso de este banquete de
agasajo, estos amigos le ruegan a Bares que recopile lo mejor de su producción
literaria recogida en la prensa de la época y edite un libro, su primer libro.
Estos amigos de Bares eran conscientes de la
importancia que tenían los trabajos de Bares y tenían la seguridad de que esta
recopilación literaria sería del agrado de muchos lectores y. en especial. de
aquellos pertenecientes al colectivo emigrante tanto español como gallego. Pero
será el propio Manuel Antonio Bares, quien en el prólogo de su libro, que
tituló "Prosa", señala cómo nació la idea Y tomó la decisión de
publicar la obra. Escribe Bares: "Pocos meses hace y con motivo de
disponerme a visitar mi país, que no veía desde hacía catorce años, algunos
amigos íntimos. españoles todos. residentes en Buenos Aires, me acompañaban en
una cena que podré llamar fraternal. No han querido renovar su testimonio de
cariño hacia mi al alejarme de ellos han querido repetir ante el que venía la
expresión de su amor la patria a esta
patria a quien tan honda y noblemente se la quiere cuando de el la estamos
alejados. En acto así todo lo que hay de bueno en el hombre se pone en
actividad.
"Hubiera atribuido "a influencia
del medio” la actitud asumida entonces por uno de los comensales. a no saber
que es la generosidad el fondo de su carácter. El señor Rafael Calzada, que es
la persona a quien aludo. uno de los más distinguidos abogados del foro
argentino me pidió en nombre de todos los circunstantes. que coleccionara y
diese a la estampa, en España. mis artículos dispersos en hojas de periódicos,
revistas y folletos. dedicando a aquellos el nuevo libro a cuyo pedido accedí
inmediatamente, sin darme tiempo siquiera por medir la magnitud del compromiso
que contraía".
"Es fuerza cumplir con
él, aunque no seme oculta que tales producciones, nacidas muchas bajo la
influencia de hechos y circunstancias especiales. expresión rápida e incorrecta
de impresiones del momento ellos no merecen la digna forma Y la longeva vida
del libro. ¡Ni aspiraron a tanto cuando nacieron a la vida de la publicidad! No
cabe, por las mismas razones apuntadas. orden ni clasificación en el libro. Un
sólo orden ha presidido la colección: el orden cronológico". "Todos
estos artículos han sido concebidos y escritos en América v muchos de ellos por
referencias a hombres y cosas de allí serán, por tanto para los de acá, poco
comprensibles y faltos de interés" .
"Pero debo darlos a la
estampa cuales son pese a mí amor propio y, a mi actual criterio. Declaro sin
embargo pues no quiero engañar a las personas cuyos nombres inserto a
continuación que no son éstos todos los que he escrito y publicado He talado y
quizá estirpe lo mejor".
"Descargada así mi conciencia. explicado
un hecho que sin esa explicación parecería a muchos osadía. público ya
tranquilo este libro".
Así lo firmaba Bares en el prólogo
de su primer libro "Prosa (Colección de artículos)" que vio la luz el
8 de octubre de 1889 en Madrid siendo editado por la Tipografía de E. Jaramilo
y Coapan Calle de la Cueva número 5 Este primer libro lo dedica Bares a su tío
Ramón y al abogado Rafael Calzada el encargado de provocar a Bares para que
coleccionase sus trabajos literarios.
También está dedicado,
además. a sus amigos José María Carrera. Justo S. López de Gonira. Angel Anido.
Ramón Leiguarda Alonso. Jenaro y Osorio, Juan José García Velloso (poeta que sería
el encargado de prologar el segundo libro de Bares, unos años más tarde)
Joaquín Calviño, Fernando del Río. Aniceto Prieto Manuel Chillado. Modesto
Rodríguez Freire Aurelio García Mariño, Anastasio Pérez del Cerro Alberto
Serantes Emilio Manreso y José Benito Casás
Este primer libro de Bares recoge algunos de
los artículos que publicó en la prensa local de Mercedes. en la prensa
bonaerense y, en revistas como el Almanaque Sudamericano" entre los años
1878 y 1889.
El primer artículo que abre el libro es "La
Caridad". un trabajo literario que fue leído en una velada musical y
literaria celebrada en Chivilcoy a beneficio de las víctimas de las
inundaciones de las provincias del Sur. También se recoge el artículo "El
apóstol y el guerrero" (publicado en el mes de febrero de 1878), que como
ya se ha indicado en páginas anteriores, fue leído en una conferencia literaria
celebrada a beneficio del poeta Villergas. "que se decía demente y pobre
en el Perú".
Del "Almanaque Sudamericano",
Manuel Antonio Bares recopila sus trabajos "Nostalgia" (publicado en
mayo de 1381). que dedica a su tío Ramón Bares, "Recuerdos" (1880),
'Mis impresiones de un baile de máscaras" (publicado en el mes de febrero
de 1880). "La Noche" (editado en abril de 1882) y la "Historia
de una gota de agua (que publicó el 26 de junio de 1881 También se incluye un
artículo que dedica a su buen amigo el poeta y dramaturgo Manuel López
Lorenzo. Publicado en abril de 1883.
También integra Bares en este su primer
trabajo lo que él denomina un "cuento inverosímil": "El
testamento de un corazón', (publicado en mayo de 1878). "Las últimas
hojas" (fechado en junio de 1878). "Perdonadlos" (publicado el 8
de. abril de 1831) 11 "Discurso" trabajo leído el 3 de febrero de
1884 en la inauguración del Panteón de la Sociedad de Socorros Mutuos de la
ciudad de Mercedes acto al cual también asistió el orfeón Español de Buenos
Aires y tino de los días en los cuales tenía lugar la romería española. la cual
se celebraba a poca distancia del cementerio. En ese mismo tono festivo es su
trabajo "La Música" leído en una velada musical y literaria celebrada
en la sociedad española "La Marina" de Buenos Aires en el mes de
agosto de 1884.
El mundo de la emigración y, en concreto, el
sentimiento del emigrante lo plasma Bares en "Emigración", fechado en
julio de 1887. Otros trabajos incluidos en el libro son el artículo dedicado a
"Víctor Hugo" (escrito el 23 de mayo de 1885), el artículo que dedica
al presidente de la República Argentina. el doctor Avellaneda. en abril de 1885
y "Naturalismo" que publica el 11 de junio de 1887. año en el cual
también incluye en la prensa su trabajo sobre el 14 de julio de 1789, fecha de
la caída de París.
En "La mujer Argentina", que
publicó el 1 de junio de 1887.Bares escribe " la acción de la mujer en la
vida de las naciones es lo que constituye la poesía de la Historia. Bajo este
concepto, la Historia Argentina es un verdadero poema". Entre los últimos
trabajos destaca "Caridad-Arte" un artículo leído en la
inauguración del Teatro Cívico erigido por la Sociedad Española de Socorros
Mutuos de la villa de Chivilcoy, el 4 de septiembre de 1888. Finalmente, Manuel
Antonio Bares dedica su penúltimo trabajo a la famosa cantante "La
Patti" (1888) y cierra el libro "Los últimos días del cabildo",
escrito el 8 de enero del año 1889.
Mención aparte merece el artículo que Manuel
Antonio Bares dedica a la primera esposa del Rey Alfonso XII, doña Maria de la
Mercedes Orleáns y Borbón, publicado el 2 de julio de 1878.Para su inclusión en
el libro, Bares no dudó en visitar
Madrid, durante su viaje a España, a su admirado Curros Enríquez. En esta visita, Bares pidió la
opinión de Curros sobre los artículos que iba a publicar y en especial sobre el
dedicado a la memoria de María de las Mercedes Orleáns. Bares le preguntaba a
Curros si él consideraba peligroso para el autor, este trabajo inspirado en la
muerte de la primera esposa de Alfonso XII, ya que en él se incluían unos
conceptos contrarios a la monarquía y a la dinastía borbónica.
Según recoge Alberto Vilanova Curros Enríquez
únicamente objetó a Manuel A. Bares. “Lo único que observo al leer este artículo es que constituye una
vergüenza para mi el no haber tenido conocimiento de su autor”. Explicación
esta que satisfizo a Bares, que , vencidas sus últimas resistencias, se decidió por la publicación
final de “Prosa” en Madrid.
Bares, nada más llegar a tierras gallegas,
visitó a su familia en la villa pontevedresa de Bueu, donde vivían aún sus
padres y sus hermanas, así como su tío
el maestro Ramón Bares. Manuel Antonio
ponía, así, fin a catorce largos e intensos años alejado de su familia y
de su tierra natal. Tras una semana en Bueu, Manuel Antonio se traslada a
París, donde en aquel año se estaba celebrando la primera Exposición Universal
del mundo. De regreso a tierras españolas, visita Madrid con el fin de que sea
allí donde se publique su primer libro, aunque antes, y como ya queda dicho,
acudió a pedir consejo a Curros Enríquez.
La publicación de “Prosa” en 1889 fue bien
acogida en el mundo intelectual español y sus admiradores obsequiaron a Bares
con un banquete el 24 de enero de 1890. En el transcurso de este banquete de
homenaje a su figura, Bares leyó un excelente discurso de agradecimiento y de
explicación del nacimiento del libro, que mereció ser insertado en varios
periódicos de Madrid, entre ellos “Los Dominicales del Libre Pensamiento”, en
varios periódicos y revistas gallegas y en “El Correo Español” de Buenos Aires.
EL SEGUNDO
LIBRO DE BARES
Pero mientras Bares permanece en España, la
agitada vida política Argentina se ve convulsionada por el conocido
"Movimiento del 90" encabezado por la rebelión de la Unión Cívica de
la Juventud, que es aplastada por el ejército aunque significa que el
presidente Juárez Celman debe dejar paso a su segundo, asumiendo el máximo
cargo de la nación Carlos Pellegrini. El régimen continuaba aunque la figura
era reemplazada. Y Pellegrini fue a los principios del régimen consolidó el
poder oligárquico. Pellegrini concluyo' su mandato en octubre de 1892.
Iba a ser 1892 un año clave en la política
Argentina ya que la Unión Cívica se divide en dos partidos tras el apoyo del
expresidente Roca a la candidatura de Mitre. Nace la Unión cívica Nacional de
composición porteña y aristocrática, dirigida por Mitre, y la Unión Cívica
Radical, sector popular y nacional dirigida por Alem e Hipólito Yrigoyen. Roca
3, Mitre, ante esta división deciden respaldar la candidatura de Luis Sáenz
Peña, quien vence en las elecciones y asume la presidencia en octubre de 1392.
Pero las intrigas entre roquistas y mitristas y el enfrentamiento popular,
tendiendo el ejército que aplastar una revolución radical dirigida por
Yrigoyen. hace que Sáenz Peña renuncie en enero de 1895 y asume el poder su
vicepresidente José Evaristo Uriburu.
En el transcurso de la
revolución radical dirigida por Yrigoyen, auténtico caudillo populista
argentino. más de treinta mil personas se levantaron en armas y ocuparon
pacíficamente la ciudad de La Plata y crearon un gobierno provisional que duró
pocas semanas ya que el ejército aplastó la insurrección. Durante la
intervención del gobierno de la República en la provincia de Buenos Aires, el
comisionado nacional electo para la ciudad de Mercedes, Hortensio Méndez. llamó
a Manuel Antonio Bares para que le ayudase en la tarea que el gobierno le había
asignado. Aceptó Manuel Antonio Bares el puesto de confianza que se le ofrecía.
Pero la personalidad de
Bares, o quizás el desarrollo de la intensa v agitada vida política. que en
aquellos años vivía la Joven república Argentina, le lleva a la aceptación del
cargo con la condición de que no ostentaría oficialmente su nombre, ya que
Manuel Antonio Bares entendía, Y así se lo comunicó a Méndez que su condición
de extranjero le vedaba, a la publicidad.
Manuel Antonio Bares colaboró,
así. al lado del comisionado en la
intensa obra de reorganizar los poderes públicos en todo el área (le
influencia de la ciudad de Mercedes Y comarca. Según señalan las crónicas de la
época. Bares acepta este trabaje) que desempeña "con todo desinterés
particular y personal, sin más norte que el b.; en público ni aceptar puesto alguno en la administración El propio Bares, por sus
antecedentes, será el encargado por Hortensio Méndez. de redactar y leer el
discurso durante el acto de instalación de la Municipalidad y del Consejo
Escolar en Mercedes Este discurso sería publicado posteriormente en el diario
"La Nación". donde Bares escribe asiduamente a invitación de la familia Mitre, propietaria del periódico, y a
cuya causa política Bares sirve con plena dedicación.
Pero Manuel Antonio Bares sufre en 1897, el peor año de su vida, ya que tras
sufrir una larga y penosa enfermedad, muere en su casa de Mercedes su esposa
Francisca Peralta. Esta muerte le llevará a Bares a involucrarse más con sus
hijos y acrecienta, si cabe, la defensa de los valores que Bares comienza a
defender apasionadamente: La familia, la Patria Y la moral. De esta muerte
Bares escribe en un artículo dedicado a la memoria de su esposa fallecida:
"Guardo la visión de tu agonía, que llevo, como un castigo, en mi memoria;
el contacto de tu tibia faz sobre mis labios, cuando quise calentarla con mis
besos contra el frío de la muerte que la invadía; y el dejo amargo del sudor
que inundaba tu frente en la hora postrera como un cáliz de pasión inagotable:
y, deposito, ante tu imagen, la ofrenda de mis lágrimas, de mi gratitud y de mi
eterno amor".
Julio Argentino Roca. con el apoyo de la
sempiterna y omnipresente oligarquía accede de nuevo a la presidencia de la
República el 12 de octubre de 1898. Un segundo mandato presidido por agudizarse
en el país los conflictos sindicales al nacer las primeras organizaciones
serias de trabajadores y se organizó de
manera definitiva el ejército profesional
con la aprobación de un proyecto) de ley implantando el servicio militar
obligatorio.
En este año, Manuel Antonio Bares vuelve a
plantearse recopilar un segundo bloque de los artículos que publica en la
prensa Argentina. Bares quiere dar a la estampa su segunda colección de
artículos, marcada por la misma actuación que le llevó a editar
"Prosa". Recopilar lo mejor de sus trabajos y para ello incluso no es
demasiado original a la hora de elegir título para este segundo libro:
"Más prosa".
Como
prologuista de este segundo libro. Bares elige a su buen amigo Juan José
García Velloso. poeta y periodista español nacido en 1850 . Velloso fue
redactor del periódico "las Novedades" de Madrid y se trasladó muy
joven a la República Argentina, donde fue Profesor de lengua castellana del
colegio nacional de Rosario, de Santa Fe y del colegio de Señoritas de Buenos
Aires, Bares llegaría a afirmar
en una carta que dirigió unos años más tarde, a Miguel de Unamuno que en
este prólogo a su segundo libro, "García Velloso expresa más afecto al
autor que juicios de la obra".
En 1899, Bares
publica su "Más Prosa (Colección de artículos)" editado en la
imprenta de "El Correo Español" de Buenos Aires. Este libro lo dedica
Bares "a la santa menoría de mi padre, de mi esposa y de mi hijita María
Cristina'.
García Velloso
escribe sobre la figura de Bares en el prólogo de este libro y, lo define como
"un autor que se presenta dotado de una extensa y sólida cultura. y que'
ha sabido hermanar en sus producciones la elegancia de la forma con la
profundidad de las más nobles y elevadas ideas". Velloso señala que este
segundo libro de Bares está compuesto por artículos "inspirados en
sentimientos imperecederos y sublimes: el amor a la Patria española, desangrada
y moribunda: el amor al hogar, ennoblecido con las virtudes cristianas. el amor
a la democracia, santificada por la fraternidad entre los pueblos, son las
fuentes sanas y puras en donde Bares idólatra entusiasta de lo bueno y de lo
bello acude para aquilatar la elocuencia de su fantasía e infundirnos, con el
odio a lo mezquino, pasión por la libertad y la dignidad humanas; pasión por la
tierra española; pasión por las benditas emociones de la familia. y pasión, al
fin por todos los divinos ideales que el hombre lleva depositados en lo más
recóndito de su alma".
Se confiesa el poeta y periodista. en el
prólogo, maravillado ante el torrente intelectual de la obra de Bares al que
considera "un mago que rara vez deja de encontrar en los asuntos que
aborda. materia y energía para producir verdaderas emociones, ya sea dándonos a
conocer sus fatigas y tristezas. dulcemente resignadas: ya sea rompiendo lanzas
en pro de las conquistas del progreso: ya sea mostrándose, dentro de la
opulenta riqueza de sus aptitudes, a la vez íntimo, elegíaco, patriótico,
idílico y religioso".
Así, García Velloso destaca, sobremanera, el
artículo seleccionado para abrir este segundo libro, titulado "Homenaje" y
dedicado a la memoria de su esposa fallecida. "Bares recibe con
resignación cristiana el golpe que le arrebata la dulce compañera de su
existencia, el ángel que supo redimirlo y purificarlo en el agua bendita de sus
besos, y, en vez de rebelarse, en vez de apostrofar al destino, se arrodilla y
reza una de sus plegarias que se deslizan con la blandura de las hojas
amarillentas, "Desde entonces me Pareció más bello el mundo, más preciosa
la vida, mas buenos los hombres. Noté que había en mí un nuevo ser, óptimo,
santo, eterno. Es que llevo en mi pecho la respiración del tuyo, llevo en mis
ojos tu mirada. llevo tu alma en m¡ alma". Este texto se incluyó en el
artículo que Bares dedicó a la memoria de Francisca Peralta tras su inesperado
fallecimiento en el mes de mayo de 1894, tras trece años de feliz matrimonio.
Este artículo de Bares abre su segundo libro editado bajo el nombre de
"Más Prosa" y en él se exponen los profundos sentimientos que
alimentaron la vida en común de Francisca y Manuel Antonio, y la importancia de
la personalidad de esta mujer y la huella que dejo en la vida y obra del,
ilustre periodista y literato.
En este sentido, Bares
atribuye a su mujer una importancia capital en su vida tanto personal como
profesional. Escribe Bares: "Te debo el hábito de la reflexión, del
perdón, de la tolerancia; la disciplina de las pasiones, de los instintos, de
los impulsos ciegos, y mi posición constante bajo el cielo, azul o gris, pero
siempre sereno". Añadía "y hasta mis hijos, mis pobres hijitos, te
deben, no mi amor, que es obra de Dios, ni de su grandeza, que es inmenso, y en
la inmensidad no cabe la disminución ni el aumento; te deben mis caricias, la
manifestación de ese mismo amor, por que tú has dulcificado y transparentado mi
carácter" durante su estancia en la villa pontevedresa de Bueu durante su
primer viaje a tierras gallegas en 1889.
Así, García Velloso escribe "Si la
región si la provincia, si los regalos de la casa paterna. despiertan en Bares
entusiasmos dignos de loa no los despiertan menos el amor a la patria grande.
el amor a la patria inmortal, el amor a la patria una e indivisible. Y no podía
ser de otro modo. puesto que Bares sabe que la suerte de España se halla
irrevocablemente unida a la de los diversos estados que la forman y que no han
de ser insensatas locuras regionalistas, ni pasajeras discordias civiles las
que consigan destruir lazos formados por Dios y por los siglos”.
Así Manuel A. Bares recoge en sus artículos
una defensa a ultranza de la unidad de las tierras de España. Partiendo del
principio de que las naciones son sanables. y que en la memoria de sus
providenciales castigos deben encontrar la virtud necesaria para abandonar sus
errores, Bares condena el aparato del poder, las insolencias del fuerte contra
el débil y espera que la acción
intelectual, la libertad y la justicia marquen para España la hora de su
completa regeneración. Bares también acoge en este segundo libro sus impresiones
de Galicia y de España, durante su viaje en 1889.
También cabe destacar entre sus artículos
algunos de carácter religioso y en defensa de los valores cristianos: otros en
los cuales Bares comienza ya a decantarse en abierta confrontación contra el
socialismo, para él "criminal y ateo", que comienza a nace, en el
seno de la sociedad trabajadora. Tiene también Bares el gusto de incluir un
trabajo que dedicó a la figura de la actriz María Guerrero, que en aquellos
años estuvo en Argentina realizando una gira. y de la cual Bares se confiesa
admirador entusiasta y, un crítico concienzudo".
Para concluir este repaso
por el segundo libro de Bares señalemos que García Velloso resume la actividad
literaria del escritor gallego de la siguiente forma: "Bares, por su
elevado pensamiento, por su laboriosidad incansable y por la bondad de su
corazón. es uno de los literatos españoles que más honran y dignifican a su
patria en la República Argentina".
UN PERIODISTA INTERNACIONAL
Ya en pleno siglo XX. Manuel Antonio Bares
goza de un gran prestigio y reputación en su país de adopción y continúa
mezclando su actividad periodística y literaria con la política judicial. Sus
artículos acogen opiniones e impresiones sobre una amplia variedad de temas,
pero siempre regidos por la defensa de los valores familiares, cristianos y de
la unidad de la patria y en contra de cualquier nacionalismo.
Mezclando esta actividad
periodística en sus artículos, que ya son conocidos a nivel internacional, ya
que algunos que publica en el diario "La Nación" de Buenos Aires, son
reproducidos en la prensa española y europea, sobre todo aquellos referidos a
la política internacional de la cual Bares tiene tina particular visión, como
ya veremos más adelante.
En el año 1907. Manuel A. Bares publica
también en Buenos Aires, lo que podemos considerar su tercer libro: “Los
sermones del padre Gonzalo". En esta obra menor escrita con forma de
crónicas periodísticas. Bares recoge sus impresiones sobre la labor de este
famoso predicador andaluz que estuvo predicando en la ciudad de Buenos Aires
durante 1902. El libro está dedicado al trabajo apostolar del padre Gonzalo en
la República Argentina.
Eran años duros para Argentina. con el poder
todavía en manos de la oligarquía ya fuera con la presidencia de Manuel
Quintana (de 1904 hasta su fallecimiento en marzo de 1906) , ya con la de su
sucesor José Figueroa Alcorta. Las revoluciones del "yrogoyenismo" se
sucedían y, la Unión Cívica Radical se convertía en el mayor y más grande
movimiento nacional con proyección de futuro, Bares sufre la muerte de su admirado Bartolomé Mitre en 1906. aunque
su poder y su filosofía quedan plasmadas diariamente desde las páginas de
"La Nación", Roque Sáenz Peña accede a la presidencia de la
República.
BARES BUEU Y UNAMUNO
Manuel Antonio Bares. pese a su Prolífica
labor literaria y periodística de estos primeros años del recién nacido siglo,
no se olvida de sus orígenes ni de su tierra. Aún desde la República Argentina.
Bares se mantiene informado, a través de su familia, de los acontecimientos que
se viven en su inolvidable tierra gallega.
Las noticias de Bueu se las
facilitan sus hermanos, sobre todo la maestra Matilde Bares, que goza de un
gran prestigio como enseñante. La posición económica de Bares en Argentina se
ve cada año más consolidada y ellos hace que algunos de sus compatriotas de
Bueu se dirijan a él en demanda de ayuda para llevar a cabo obras sociales o
para constituir entidades recreativas para los vecinos de Bueu.
En este sentido, Manuel
Antonio Bares organizó el año 1911 una suscripción popular entre sus vecinos de
la colonia emigrante gallega y de sus amigos españoles y argentinos. Esta suscripción la destinaría
Bares al sostenimiento de la sociedad recreativa e instructiva de Bueu, llamada
"Recreo Gimnasio de Artesanos", más tarde conocida como "Recreo
Artístico", entidad al borde la bancarrota. Manuel A. Bares logró reunir
en tierras argentinas la cantidad de tres mil pesetas que fueron remitidas
inmediatamente a su villa natal para que se creara y sostuviera esa sociedad
recreativa.
Este gesto altruista le valió a Bares un
nuevo reconocimiento, ya que al año siguiente, y durante una nueva visita a
Bueu, los socios de la entidad "Recreo Artístico" le presidente
honorario de la sociedad y le ofrecieron un banquete en su honor.
Cumple aquí señalar que, en la prensa local
de la época, en concreto en el periódico "El Adelanto" de Bueu, se
hace mención a estos hechos, indicando que los entonces rectores directivos del
"Recreo Artístico" habían pedido "con engaños" el dinero a
Bares puesto que iban a destinarlos a beneficencia y cultura y según el
periódico, fueron dedicadas las famosas tres mil pesetas "a la compra de
muebles y al pago de algunas deudas". Numerosos socios de esta entidad se
dieron de baja arte los procederes de la directiva y en concreto del presidente
del "Recreo Artístico" y fundaron el "Liceo Casino” de Bueu.
En este periódico local.
"El Adelanto" recogía la llegada a Bueu en agosto de 1912, de la
familia de Manuel Antonio Bares. Iba a ser este un viaje muy especial para
Bares y sus hijos. va que decidió dejar sus tierras argentinas y dedicar un año
entero a viajar por el, mundo y en especial por Europa. De este largo viaje.
tenemos referencias gracias a las cartas que se intercambiaba con el gran
escritor Miguel de Unamuno.
La visita de Bares a Bueu
atrae a esta villa marinera pontevedresa a los amigos que el escritor mantenía
en Galicia y en España. A Bueu llegan para saludarle Y visitarle una eran
figura de la intelectualidad gallega de aquellos años, como era el prestigioso
catedrático Víctor Said Armesto, y también acude a Bueu, a casa de Bares,
Miguel de Unamuno.
Bares acude a Pontevedra a
presenciar los Juegos Florales que organizó la ciudad y de los cuales fue
designado mantenedor, el escritor y rector de la Universidad de Salamanca,
Miguel de Unamuno y, a través de su
común amigo Víctor Said Armesto invita a Unamuno, a quien conoce por primera
vez a visitar su pueblo natal en una carta que le dirige durante la estancia
del escritor y catedrático en Pontevedra el 20 de agosto. Esta visita se hará
efectiva unos días más tarde. Según se recoge en "El Adelanto" con
fecha 8 de septiembre de 1912 el rector de la Universidad de Salamanca visita a
Bares en Bueu acompañado de Said Armesto.
El periódico señalaba textualmente en una
crónica de sociedad: "Invitado por D. Manuel A. Bares estuvo en su casa el
ilustre rector de la Universidad de Salamanca, Sr. Unamuno. Acompañaba a este
distinguido y sabio señor el ilustre literato y catedrático. don Víctor Said
Armesto. A casa del señor Bares e invitados por éste, acudieron a rendir
homenaje a los cultísimos forasteros. varios señores de la localidad. entre
ellos el señor cura párroco, el señor Nores. el señor Prieto Marín el señor don
Salvador Massó y el señor Francisco Garrido.
Todos fueron muy obsequiados
y el señor Unamuno dejó escrito un hermoso pensamiento en el álbum de la hija
del señor Bares, señorita Matilde y señaladas muestras de otras ingeniosas
habilidades y entretenimientos que no están reñidos con los sabios.
Nada más podemos decir de
esta visita que tratamos por referencias al acaso esté muy incompleta la
referencia
El cultivo de esta amistad con Miguel de
Unamuno te lleva a Bares a prodigar la correspondencia con el rector de la Universidad
de Salamanca. Pese a que reconoce en un carta que le dirige desde Bueu el 5 de
octubre de 1912, que don Miguel no le contestaba con la asiduidad que el
pretendía Bares sigue remitiéndole lo que él califica como
"correspondencia unilateral y comprende que las numerosas ocupaciones de
Unamuno, tanto profesionales como intelectuales, le impiden que se prodigue en
esta correspondencia.
En esta misma carta, Bares da cuenta a
Unamuno de que sus escritos y conferencias sobre la situación política española
causan en el seno de los republicanos españoles residentes en la República
Argentina, una gran controversia y numerosas protestas. al tiempo que le
muestra su afecto y reconocimiento por la visita que Unamuno se dignó realizar
a la casa de Bares en Bueu.
En ese mismo mes de octubre, Bares y sus
hijos abandonan Bueu para iniciar un largo viaje con numerosos países y
ciudades de Europa. El primer destino de Bares es visitar a Said Armesto en
Orense; luego viaja a San Sebastián, para seguir a Francia, desde donde pasa
después a Bruselas. Visita más tarde Londres, desde donde vuelve a cartearse
con Unamuno a quien se encontró unos días antes en Bilbao. En aquella carta
Bares muestra su enfado a Unamuno por
la estatua que han erigido en Bruselas al pedagogo y anarquista catalán
Francisco Ferrer fusilado en 1909 como inspirador de la Semana Trágica de
Barcelona.
Bares regresa con su familia a Bueu en
noviembre de 1912, donde recibe una carta en la cual Unamuno le expresa sus
preocupaciones sus proyectos y su modo de ver las cosas "del complejo
vivir de esta nuestra España". Bares le transmite al rector salmantino su
opinión de que el país está "un poco desarticulado". Desde allí,
vuelve a viajar a Madrid donde permanece por espacio de un mes y en las fechas
navideñas se traslada a Barcelona para pasar el invierno con sus dos hijos.
En una misiva que dirige desde Barcelona a
Unamuno se queja de que pese a que el invierno de 1912-13 es él sufre
una gripe que le mantiene durante veinte días en sus habitaciones del hotel
donde se hospeda (Hotel-restaurant de España, en la calle San
Pablo ), teniendo también que sufrir la enfermedad sus dos hijos
En la primavera, Bares viaja
a Madrid, donde se reúne con su amigo Melquíades Álvarez (político,
catedrático, orador y 1864‑1936). En una carta a Unamuno le confiesa su
intención de volver a tierras argentinas en octubre o noviembre de 1913 e
invita a Unamuno a que viajen juntos, tras conocer la intención del rector
salmantino de realizar un viaje a aquel país sudamericano.
En mayo de este año, Bares y su
familia viajan a Italia y desde mandan
una postal a Unamuno en la cual aparecen Antonio y su hija Matilde en una
fotografía en la plaza de San Marcos en Venecia, Bares Matilde recorren Pisa,
Florencia, Roma y el Vaticano. En junio recorre Marsella, Niza y Lyón
regresa a Madrid desde donde viaja a La Coruña y vuelve en pleno verano
a su villa de Bueu.
En tanto dura este intenso viaje por tierras
europeas, Bares no se olvida de escribir v envía sus artículos al periódico
"La Gaceta de Buenos Aires". en los cuales se abordan temas de
carácter político sobre la situación mundial y también sobre la situación
española.
EL REGRESO A ARGENTINA
Los viajes de Bares y familia le llevan hasta
Mondariz Balneario donde pasa unos días 11 tomando las aguas".
Posteriormente, en el mes de diciembre de 1913 Manuel A. Bares escribe desde el
Gran Hotel Continental de Vigo una nueva carta a Unamuno en la cual se constata
que Bares estaba acompañado, según escribe, de su segunda mujer (de la cual no
se han podido obtener datos), y de sus dos hijos.
En esta carta, Bares
confiesa que en este viaje que emprendió a Europa tenía la intención de someter
a la consideración de sus amigos una nueva serie de trabajos periodísticos para
que formasen parte de una tercera colección de artículos que se publicarían en
España. Bares pretendía que fuese el propio Unamuno quien le hiciera una carta
de presentación "para que hubiera aquí quién lo leyera”, pero Bares
desistió ante el temor de comprometer
la reputación de Unamuno y te confiesa al rector salmantino que se
vuelve a la Argentina con sus artículos.
En el día de Nochebuena de
1913, Bares escribe a Unamuno para ratificarle que el 11 de enero regresa con
su familia a Buenos Aires. En este carta
se constata que la fortuna de Bares era
importante toda vez que confiesa a Unamuno que aún no sabe donde instalaría su
domicilio en tierras argentinas toda vez que dice tener "todas mis casas
alquiladas" y por ello le invita a enviarle la correspondencia a las
direcciones de periódicos "El Diario Español",
y "La Gaceta de Buenos Aires".
No ha quedado constancia de que, al menos.
Manuel Antonio Bares regresase años más tarde a tierras gallegas. Tras llegar a
tierras argentinas se instala en la calle Victoria de la capital Buenos Aires.
Pero la desgracia vuelve a
asolar a la familia Bares. En una carta que dirige a Unamuno el 10 de octubre
de 1914, Manuel Antonio confirma a su amigo la muerte de su hijo pequeño. Bares
cuenta que "la muerte entró de improviso en mi casa, llevándose lo que
había de más delicado en ella. y paralizando todas mis actividades que no
fueran la del sufrir y la del llorar. Se llevó a mi hijito menor a quien usted
conoció, en menos de cuarenta y ocho horas. Estuvo en el cine el jueves y murió
el sábado, envenenado por una angina diftérica una híperintoxicación, dicen los
médicos determinada acaso, digo yo, por las mismas inyecciones antibióticas.
También señala Bares que dirigía en esa misma
fecha una carta a la madre de Víctor Said Armesto tras conocer el fallecimiento
del ilustre intelectual y amigo común. A ello se une conocimiento que tiene
Bares de que Unamuno es separado del rectorado de Salamanca. Bares confiesa que vive "horas trágicas"
porque a esta pérdidas cercanas une el dolor que le causa el inicio de la
Primera Guerra Mundial (en agosto de 1914).
La Guerra Mundial también repercute en la
República Argentina. En e se mes de agosto fallecía e1 presidente Sáenz Peña y
le sucedía su segundo Victorino de la Plaza que plantea la neutralidad argentina
en el conflicto lo que le vale una campaña de e desprestigio por parte de
sectores que se denominan aliadófilos rupturistas". En las elecciones de
1916. la candidatura de Yrigoyen se presenta y triunfa, agrupada bajo la
bandera de la neutralidad. El 12 de octubre el caudillo radical asume la
presidencia, acompañado de una enorme calor popular, acompañado de Pelagio B.
Luna, como vicepresidente, Yrigoyen representó al criollaje y a la inmigración
pobre; al pobrerío de las provincias y, en términos generales, a los sectores
nacionales, Hipólito Yrigoven es el primer presidente elegido por sufragio
universal y secreto.
Pero e1 país seguía dividido en tres series
aquellos que acusaban al presidente Yrigoyen de "germanófilo" Por
mantenerla neutralidad Argentina en la guerra y los sectores favorables al
bloque anglo francés.
BARES Y LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL
El conflicto mundial deja en Manuel Antonio
Bares una profunda huella, que le lleva a prodigar numerosos artículos sobre
este tema en la prensa bonaerense y en la "Revista de. Ciencias
Políticas" de Buenos Aires. -Bares compila en tres volúmenes estos
trabajos sobre la guerra y los edita bajo el título común de "Delenda est
Germania. Contribución al estudio de la guerra europea de 1914". La
publicación se realizó en Buenos Aires en tres tomos durante los años 1916-1918.
A largo de esta obra. Bares a contrapelo de la corriente imperante en la
República Argentina y en otras naciones occidentales, mantiene la postura
"pro germanófila", es decir, defiende que Alemania fue atacada por
Francia e Inglaterra y se vio obligada a declarar la tierra.
Bares escribe en su primer volumen que su
intención es arrojar luz sobre un
conflicto tan grave como el vivido en Europa en aquellos los años, "Traigo
mi dolor mi enternecimiento y mi piedad para cuantos intervienen en la
colosal contienda. para todas las
víctimas, Bares atribuye al monopolio de los medios de comunicación de las
naciones aliadas que la población tenga en su mayoría. sentimientos pro
aliados. Pero Bares decide tomar partido "por los que más sufren, los que
más han sufrido, y por aquel los a quienes yo, mi pueblo, mi raza. la
civilización a la que pertenezco, debemos menos agravios y mayores beneficios:
por aquellos que tiene que luchar más y contra más enemigos; por los más
cultos.- los más buenos, los más esforzados, los más nobles, los más
heroicos, los más bellos; por los que han trabajado por la causa del progreso y
del bienestar de la humanidad; por los, que defienden su vida y la de su pueblo
la existencia de la patria la personalidad de su raza ilustre superviviente de
la historia: la gloria de su estirpe el honor de su nombre el sagrado
patrimonio recibido de sus antepasados: la obra entera de la civilización cuya
defensa implica la defensa de la civilización del mundo" .
Bares expone en su "Delenda est
Germania" que esta guerra mundial es "en su origen. una concepción
del alma francesa" y añade que "1914 (año del inicio de las
hostilidades) nació, positivamente de 1810 (La guerra franco-prusiaria) la "revanche" fue la que generó
la hecatombe actual". Bares considera que Francia era el adversario de
Alemania y no al revés. En lo referente al crimen de Sarajevo en el cual el
archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro era asesinado
por un estudiante. Bares lo atribuye a una maniobra serbia "que fue
cometido contra Alemania. No fue un cielito común sino un delito político, que
no sólo provocó la guerra sino que determinó qué grupos iban a intervenir en
ella y en los campos en los cuales cada uno tenía que actuar".
"Hay casos en que un
crimen deliberado puede ser la deliberada iniciación de tina guerra, profesada
en principio como una solución a un problema político o económico, o de
expansión territorial o comercial" escribe Bares quien pone como ejemplo
el caso de la voladura del barco de guerra norteamericano "Maine", en
la bahía de La Habana, "que dio margen a la guerra de despojo (premeditada
y alevosa) llamada hispanoamericana la
afrenta mayor de la Historia".
Bares confiesa su desagrado
ante las concepciones norteamericanas y su política. Sobre ellas escribe
"la raza: fría, cruel egoísta, mezcla de la imperturbabilidad anglosajona Y
de la ferocidad iroquesa: educada en el exclusivo manejo de los negocios y en
la implacable manipulación de los hechos: su ansia de medro, de vicio, de
crecimiento, su historia de animal cebado. al extremo de vivir de todos los
dolores. de nutrirse de todas las catástrofes: cerniéndose, como ave rapaz.
sobre todos los campos de la muerte, cual sucede con esta misma actualidad
trágica que parece construida para su beneficio: la historia de esa vientre
hipertrofiado y excitado, le asigna la capacidad suficiente para realizar sin
fin sin reparar en los medios".
Por el contrario, Bares
considera que Alemania "no tiene esa historia. ni esa educación, ni ese
temperamento, ni ese concepto ni ese sentido de la vida. Ningún alemán. además,
ni agente alguno de Alemania, aparecen mezclados directa ni indirectamente al
crimen que abre las puertas al gran drama".
Manuel A. Bares expone que
los enemigos de Alemania "aperciben sus armas y las dirigen contra ella so
pretexto de un incidente que no les atañe, ajeno completamente a los mismos y
del que Alemania no ha sido autor, sino victima y conmina a uno a que baje las
armas y pregunta al otro si haría la causa común con el primero si éste la
acomete. A aquella conminación Y a esta pregunta se ha contestado con una
invasión simultánea e su territorio. Hay, sí, una declaración de guerra,
precisa. solemne y clara contra ella. es la de Inglaterra. Hay otra declaración
de guerra perentoria , formal. contra la misma: la del Japón. Hay, en fin, una
última declaración de guerra: la de Italia, a Austria e, indirectamente a
Alemania. Ninguna de las tres es motivada".
El, autor gallego afirma que
este magno conflicto "nacido de una pasión de antagonismo contra Alemania
y teniendo como finalidad su destrucción como potencia militar y poder moral y
económico, crece y se desarrolla a influencia de las pasiones y los propósitos
que le dieran origen. restando fuerzas al enemigo, e incorporando a la acción
dirigida contra él a los elementos más varios, muchos antagónicos entre
sí". Bares considera la guerra como "una revancha con derivaciones
comerciales y ansias de preponderancia y de dominio".
Para finalizar el primer volumen sobre la
guerra, Bares escribe que el conflicto es desde su alumbramiento "obra
exclusiva de los enemigos de Alemania. Es de el los su iniciativa en todos los
momentos del proceso, y en todas las formas de la actividad. Concepción
francesa en su origen y circunscrita a una mera reivindicación territorial y a
un simple desquite fue compartida más tarde con amplitud mayor y más radicales
objetivos por Rusia e Inglaterra, asignándosele a Servia instrumento de Rusia el
principio de ejecución y a Rusia luego secundada por Francia su ejecución misma
La obra de Bares es acogida con, opiniones
distintas distantes. A las acusaciones de "germanófilos" se le unen
criticas más serias y respaldo a sus puntos de vista. En el periódico "La
Nación se señala que esta obra de Bares es "fruto de la meditación y del
estudio", aunque se le critica que haya hecho caso omiso de los motivos
austrohúngaros de la guerra. ya que en el primer tomo de la obra expuso los
motivos francés ruso inglés, italiano y
alemán. También se le achaca a Bares una exageración del pacifismo de Alemania
y de su káiser Guillermo II en aquellos años.
Bares se defiende señalando que los hechos
ocurridos a lo largo del extenso conflicto mundial sí pusieron de manifiesto y
dieron la razón a algunas de las críticas. Abunda Bares señalando que Alemania
siempre defendió su personalidad nacional y la integridad de su territorio.
mientras que sus enemigos siempre basaron sus acciones posteriores en la
anexión de territorios y la indemnización. El autor se ratifica, en el segundo
volumen de la obra en "la acción ofensiva" de los aliados Y la
"defensiva" de los germanos.
El propio jefe de Gobierno español, Antonio
Maura, también interviene en la crítica de la obra, dirigiendo una carta a
Bares dice Maura "no puedo juzgar el libro porque no he tenido reposo para
leerlo, Es lástima que el título dé equivocada idea de sus propósitos de usted,
"sin mancha de pasión" , según me asegura Porque el título avanza a mucho
más de lo que persiguen los aliados. que no es la destrucción de Alemania sino
del sistema político militar que allí prevalece".
Le contesta Bares a esta crítica de Maura
señalando que el título de la obra "quiere ser la enseña guerrera, quiere
traducir el propósito. el objetivo capital de la coalición, universal, cuyo
blanco es Alemania, y la destrucción tanto de su sistema político militar como
económico".
Finalmente cabe reseñar, que la última parte
del segundo tomo de "Delenda est Germania" la dedica Bares a recoger
parte de las críticas y de las cartas que le son remitidas sobre la obra. Así
aparecen reseñas del sacerdote y escritor gallego José Gómez Martínez, que
escribía bajo el seudónimo de "Zenitram", de las reseñas que aparecen
en los periódicos "La Nación", "El Diario español",
"El Eco de Galicia", "La Razón". "La Unión".
"EL Correo de Galicia", en el periódico de la colonia emigrante
alemana en Argentina "Argentinisches Tageblatt", "La Gaceta de
España", "España", así como las cartas de numerosas personalidades
del mundo intelectual argentino y español.
Todas las críticas de la obra
coinciden en la valentía de la exposición de las ideas que hace Bares. alabando
su amplia cultura Y su personalidad intelectual. lo que aumenta el valor en sí
de la obra, a la que se le reconoce que está hecha desde la serenidad que da el
escribir sobre un conflicto lejano en la distancia pero cercano en los
corazones .
Ya, en fin, en el tercer volumen.
Bares expone de manera definitiva que esta primera guerra mundial estuvo causada
por la revancha" francesa contra Alemania y que los objetivos del
conflicto fueron: 1.- Rusia buscaba siempre la expansión en el Oriente
de Europa haciendo blanco de su hostilidad hacia Austria. por eso su acción que
inició la guerra -se produjo en los Balcanes (Servia). 2.-Inglaterra
intentaba reafirmar su hegemonía en el mundo, su dominio del mar y veía en
Alemania u n peligro para este desarrollo. 3 .-El Japón siguió a
Inglaterra en virtud de un pacto preexistente Portugal también. La Unión
Americana se incorpora al convoy Y el la hizo alinear a esos pequeños estados
del continente europeo, a los que llama sus dominios. Como detalle final, sobre esta obra capital en la trayectoria
literaria de Manuel A. Bares. cabe reseñar que debido a su difusión, el escritor decidió donar el
veinte por ciento de los beneficios de la venta de estos tres tomos del libro
para el Sanatorio social del Centro Gallego de Buenos Aires, lo que acrecentó
su fama de hombre honrado, bueno y generoso para con los suyos
LAS ÚLTIMAS OBRAS DE BARES
Manuel A. Bares. reconocido como uno de los
intelectuales con proyección internacional y un experto conocedor del mundo que
le rodea, plantea en sus obras conceptos un tanto alejados de las ideas
liberales que con tanto ardor defendió en su día. Las críticas para sus
trabajos fueron elogiosas, pero también surgieron acerbas censuras desde sectores contrarios a las teorías de Bares
al cual acusaban de desertar de las ideologías liberales hasta entonces
sostenidas por el autor.
Esta
división de opiniones se plasma en la siguiente obra que entrega a su editorial
bonaerense. "La Nación Española y el
nacionalismo vasco", que publica
en la capital Argentina en el año 1922 en el establecimiento gráfico de J.
Estrade y como ya había pasado con su anterior libro "Las formas (te
gobierno y la guerra", que editó
en Buenos Aires en 1921.
Manuel Antonio Bares se afianza cada día
más en la
defensa de las ideas de la unidad de la patria y en contra de
cualquier síntoma de nacionalismo en las regiones que componen el Estado
español. Así en su obra "La Nación Española y el nacionalismo vasco; hace una defensa a ultranza de la unidad
de la patria española y en contra de cualquier síntoma de nacionalismo que ya
surge en el seno de las comunidades españolas denominadas históricas,. Es esta
obra una de las que más críticas levantan contra los conceptos que Bares
defiende en ella, sobre todo, por su radical defensa de las posturas españolas
centralistas y su crítica a cualquier forma de expresión de un posible
nacionalismo, ataca lo que denomina un "supuesto pacto de confederación
entre el Estado Español y las Provincias Vascas". Considera que el
nacionalismo es sinónimo de separatismo y manifiesta que la afirmación del
nacionalismo vasco conlleva la negación de la Nación española.
Bares considera
la Nación española como una "formación histórica y un fenómeno de
conciencia te y opina que la nación siempre es anterior a una Constitución que
la asiente. En ese
sentido expone que las provincias vascongadas "se han
llamado siempre españolas" y por lo tanto, parte de un Reino o Nación.
Hace referencia a la guerra civil carlista vivida en el pasado siglo la cual
considera que refuerza el hecho de que fue "una guerra interna, de
carácter nacional, no fue separatista, sino de partidos políticos, que no
buscaba el establecimiento de una legalidad para una parte del territorio sino
para todo él, fue una enérgica afirmación de la nacionalidad", Bares ataca
las concepciones de la existencia de un Estado español y un Estado vasco .
Sus concepciones de la
unidad de la patria y de la nación española
y la defensa de sus valores históricos, culturales, sociales, económicos
y políticos, llevan a Bares a discrepar de cualquier juicio nacionalista que no
sea el del propio Estado español. Concluye su trabajo señalando que
"ningún español tiene porqué inclinar la frente ante la Historia de su
Patria, y sí levantarla con orgullo. Midiendo éxitos y fracasos. virtudes y
vicios, ascensos y caídas, su haber, en la obra del progreso y de la civilización
del mundo, es mayor que el de ningún otro pueblo; porque aparte lo
extraordinario de su acción, es el ideal quien la inspira siempre"
"Seguro como estoy, más hoy que nunca, que nuestra Historia, con todos sus
accidentes, corresponde al primer pueblo de la Cristiandad", concluye
Manuel A. Bares
Pero Manuel A. Bares. pese a la prolífica
labor literaria y periodística, también tuvo tiempo para dedicarse a
actividades relacionadas con el colectivo emigrante gallego en la República
Argentina En este sentido, sin que se tenga constancia de la fecha. Bares fue
miembro del consejo de administración de la editora que publicaba "El
Diario Español" de Buenos Aires.
A principio de siglo, Manuel Antonio Bares,
junto con un grupo de amigos financieros. fue el fundador y primer presidente
del "Banco de Galicia" Este banco surgió como una creación entusiasta
de un grupo de patriotas gallegos, todos ellos emprendedores y de los más
pudientes que había en la sociedad bonaerense de la época. Este banco, con el
correr de los años, y debido a la cada vez mayor penetración del capital
extranjero en los medios financieros argentinos, y al poder de control de la
oligarquía Argentina, acabó siendo dominado por un grupo de españoles y
argentinos que consiguieron adquirir la mayor parte del capital y las acciones
del joven banco.
Debemos dejar constancia
también, en estos capítulos finales de la actividad de Manuel A. Bares que
nuestro personaje fue elegido socio correspondiente de la Real Academia Gallega
el 27 de abril de 1925. ocupando el cargo de presidente de la asociación
protectora de la Academia en Buenos Aires. Unos años antes, en el mes de
octubre de 1914. Bares fue elegido en el cargo de vicepresidente del Centro
Gallego de Buenos Aires. Participando al año siguiente en los actos culturales
de este centro gallego con motivo del Día de Galicia los cuales tuvieron como
protagonistas a Basilio Álvarez.
En los últimos años de la
década de los años veinte y principios de los treinta, Manuel A. Bares, ya
septuagenario, sigue colaborando y escribiendo sus artículos periodísticos,
pero sus temas va abordan cuestiones nacionales argentinas y temas de índole
internacional.
Sus últimos trabajos aparecen publicados en
el periódico del colectivo emigrante gallego "Correo de Galicia , que
dirigía su amigo José Ramón Lence, y en el cual Manuel A. Bares publica trabajos como "La invasión de Nicaragua
y 'El derecho de gente,, argentino".
Mención especial merece. finalmente, su
último trabajo en prensa. en el cual se advierte un furibundo y triste ataque a
la República Española, quizás en base a juicios erróneos y de formados que le
llegan a Bares desde tierras españolas. Este artículo. titulado "La checa española", fue publicado el domingo 3 de octubre de 1932
en el "Correo de Galicia'.
En este artículo. un Bares totalmente
dominado por las ideas ultra conservadoras, critica ácidamente todo lo realizado
por la Segunda República española. sin tener un conocimiento adecuado de lo que
ocurría en España. ya que sus información era tendenciosa e incluía numerosas
patrañas.
Escibre Bares que "La Segunda República.
que nació sin dolor. sin dificultades y sin obstáculos, se tornó de pronto
cruel y, vengativa. como si un hondo mal orgánico trabajara en su sistema
nervioso" y consideró que tuvo como misión "destruir la Monarquía,
como primer blanco de su acción, y, por extensión, de las cosas v las
instituciones que le son más afines: La sociedad formada en su entorno y los
elementos fundamental es de la misma: La Justicia, la Moral, la Religión la Familia, la Propiedad, la Patria en fin su obra magna “La Segunda Republicana sido mucho más destructora que la
Primera y éste ha sido su más grave vicio de concepción Bares considera que la República "hizo de España un campo
de lucha una escuela de delincuencia" y para ello ofrece los ejemplos d e
la quema de las iglesias y los conventos y va más allá al decir
que también se quemaban museos. bibliotecas colegios. asilos, obras de arte Y
monumentos También denuncia Bares que ”la Nación es un concepto subversivo. sólo
la República goza de legalidad". Su deformación sobre los acontecimientos
es tal que lleva a que Bares afirma también en este artículo que "el
domicilio legal y más seguro de los españoles sospechosos es la cárcel " .
Otro ejemplo de esta desinformación que sufre
Bares es un párrafo bastante significativo del artículo en el cual señala que
“Se reconoce la existencia legal de la familia poniéndola bajo la salvaguardia
del Estado (Art. 43 ) . Y se destruye el cimiento de la familia. esto es, el
matrimonio, destruyendo el concepto de "legitimidad" de los hijos,
que deriva de dicha institución. Para degradarla más, un ministro ha propuesto
que se autorice la unión entre hermanos, siguiendo, sin duda. la teoría de
Engels de que "el incesto es un prejuicio humano, pues en los demás seres
no se conoce".
"Esta legalidad tiene sus instituciones
adecuadas que funcionan con regularidad; la cárcel, la multa, la confiscación,
el destierro. Sus agentes: los guardias de asalto y el Ejército, convertido en
guardia pretoriana. Y sus auxiliares las masas proletarias especializadas en
el incendio de la propiedad. Integran dicha legalidad: la Constitución,
principio de la disolución social y nacional, y la “ley de Defensa”, como
negación formal del derecho, escribe Manuel A. Bares quien finalmente concluye el
artículo con un ataque a los nacionalismos, al señalar que “otros estatutos se preparan que marcan otros
tantos desprendimientos de la Nación en crisis. Y así va esta nación, entre
espasmos y convulsiones de agonía, hacia su fin previsto, pactado en holocausto
a la República. ¡Oh, sombra de mi Patria!
Estos conceptos vertidos por Bares en este
trabajo, obligó a la dirección del "Correo de Galicia" a insertar una
nota de aclaración en la cual reconociendo "la respetabilidad de la firma y el alto crédito intelectual de su
autor". añaden que "Correo de Galicia", abierto a todas las
opiniones hace público este artículo de Bares, "aunque no comparte, en
absoluto, las ideas emitidas por el autor, en el detenido estudio que hace, con
su acostumbrada maestría, del actual estado social y político de nuestra
patria”.
Como conclusión
a trabajo debemos dejar constancia
de que Manuel Antonio Bares, ya retirado a su residencia familiar del
barrio residencial de Belgrano en
Buenos Aires, falleció a los noventa años el 6 de abril del año 1945.
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Enciclopédico Hispano-Americano
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Xesús Portela Medraño nado en Beluso no ano 1958. Xornalista, licenciado pola Facultade de Ciencias da Información da Universidade Complutense de Madrid é na actualidade subdirector do xornal “Faro de Vigo”. Tamén é o presidente da Fundación Novas, de finalidade benéfico docente de interese galego, creada por D. José Novas Regueira. Proba do seu labor e da súa magnanimidade é o feito de que este traballo poida ser publicamente coñecido sen contraprestación ningunha; reseñar tamén que os beneficios obtidos pola venda do libro “Johan Carballeira”, do cal é autor, cedeunos á Asociación “Johan Carballeira”. A Asociación Amigos da Biblioteca agradécelle publicamente toda a súa desinteresada dispoñibilidade así como o felicita pola súa traxectoria profesional.