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AÑO II

DIRECTOR:  D.  RICARDO   PORTELA  PAZOS  

NUM.  24

Bueu  29  de  Junio  de   1913

       
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ÍNDICE DE ARTIGOS E SECCIÓNS

Nuestros regalos páx. 1
Los parias o sanguijuelas del estado páx. 1-2
Para rotativo y en pro de la excursión páx. 2
D'OS NOSOS CLÁSECOS. Quen pleitea.... páx. 2
Un día en el campo páx. 2-3
Sobre.... Vino, una pendencia. páx. 3
Noticias páx. 3
   Viajeros páx. 3

 

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NUESTROS REGALOS

 

Decidiose el público por Elefante en el regalo prometido por El Adelanto y que dejamos a su elección.

Es el Elefante un magnífico reloj de sobremesa para despacho, constituyendo un espléndido regalo que honra al periódico que lo hace. Deseamos mucha suerte a nuestros lectores.

El sorteo se verificará el domingo 20 de Julio, a las seis de la tarde, en el establecimiento de D. Juan González, en donde se exhibe el hermoso reloj. Será a presencia del público con todas las formalidades debidas, verificándose inmediatamente la entrega al agraciado.

El canje de cupones por el Bono numerado, se verificará en la misma casa, siendo condición precisa que los señores suscriptores se hallen al corriente en el pago, hasta el cuarto trimestre inclusive, a cuyo cobro se procederá inmediatamente.

Se continuarán publicando nuevos cupones para otro regalo en el próximo trimestres, consistente en una hermosa ampliación fotográfica de gran tamaño.

 

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LOS PARIAS O SANGUIJUELAS

DEL ESTADO

En las tertulias de casino y café lugar donde la mayoría de los españoles acostumbran a matar el tiempo, y resolver de paso sobre el... mármol, los más intrincados asuntos y problemas sociales, suelen oírse con frecuencia las frases sacramentales y consagradas del epígrafe, aplicadas a los empleados, con saña y tonos despectivos.

Aseguran son la causa de la penuria del Estado, y de que los tributos aumenten, haciendo imposible la vida del contribuyente como si los que muriendo viven, pudieran quitar la vida a nadie.

Posible es que en alguna dependencia sobren empleados, haya lujo de empleados, pero no es menos cierto que el ahogo del contribuyente mediano o chico, está en las grandes ocultaciones, en lo que dejan de contribuir los gordos que en vez de sanguijuelas podría llamársele mejor vampiros.

No hemos de detallar estas ocultaciones, que a nadie se ocultan, y que empezando en la cédula de dos reales, en vez de la de cien pesetas, por lo menos, sigue en escala ascendente y favorable, en todos los demás tributos.

En esas tertulias o petites comites en los que cada uno despotrica y arregla las cosas a su gusto se oyen muy saladísimas afirmaciones, desprovistas, las más de las veces del sentido de la realidad, y otros sentidos.

Los que así hablan de los empleados que sostiene la administración y que afirman constituyen una verdadera legión de sanguijuelas aplicadas al presupuesto, ignoran o no se paran un momento a estudiar la vida de esas sanguijuelas presupuestivoras, tan necesarias como los oficiales y soldados en un ejército, ¡si supieran las penurias que es forzoso pasen con sus insignificantes haberes!

La mayor parte de los empleados perciben por término medio treinta duros escasos mensualmente y yo quisiera ver a esos estadista de velador y café con media, como resolvían el problema de la vida de los empleados, a quienes, también por término medio, se les debe considerar casados y con hijos que por clasificación les corresponde.

Asusta pensar en tan triste y aporreada vida de privaciones en lo mejor de la juventud, que pasa mustia sin alicientes ni atractivos; por eso tantos tienen miedo a la coyunda y se abstienen por aquello de que buey solo bien se lame.

El vestir y el comer está en todas partes por las nubes, todo ha llegado a los límites de lo inconcebible, ya no queda siquiera el recurso de los pueblos, pues está en ellos –y en este Bueu de nuestros pecados así es- la vida más cara y peor que en las grandes urbes, y si a esto se añade que no pueden sustraerse a las exigencias del medio en que vegetan, en que se desarrollan sus facultades, dígasenos si no será negra su suerte, haciendo mil equilibrios como el más acreditado acróbata.

Los empleados, esas sanguijuelas que dicen algunos, tienen que presentarse en sociedad con apariencias de persona decente, casi adinerada; tienen que vestir correctamente de americana o chaqué y calzar botas o zapatos, aunque para ello tenga que reducir su ración alimenticia; es decir, que, entre casa, vestir y dar satisfacción a las exigencias sociales se va medio sueldo, ¿puede una familia alimentarse con lo que queda? y luego vienen por ahí con disquisiciones históricas, sobre la degeneración de la raza.

Un albañil, un carpintero, de mediano intelecto y disposición, está mucho mejor, porque gana un jornal de 4 o 5 pesetas y viste blusa y alpargatas, que le están vedadas al pobre y sufrido empleado y la sociedad no tiene exigencias con los obreros, trabajadores de encallecidas manos.

Y si todo esto que decimos, y es verdad refiriéndonos al empleado de 2.000 pesetas, refiriéndonos al término medio ¿qué ocurrirá a los de 1.500, 1.250 y 1.000 pesetas nominales que son los más? Esas sanguijuelas de menor cuantía en vez de chupar del presupuesto, son devoradas por los parásitos de que está plagada esta sociedad injusta por no llamarla de otro modo.

No se nos oculta que podría reducirse algo el número de empleados en algunos departamentos de la administración pública, mas para ello sería preciso suprimir del organismo muchas ruedas inútiles, pero la defectuosa organización del mecanismo unido a la perniciosa influencia que ejerce la política en la administración y la tendencia arraigada en los españoles al destino al disfrute de un sueldo por pequeño que él sea, hace que ciertas oficinas, acaso donde son menos necesarios, se vean llenas de empleados de todas clases, amigos y allegados de los personajes políticos pareciendo la administración española una gran casa de beneficencia. Estamos pues, de acuerdo con que debieran ser menos y mejor pagados, para que pudieran dedicar todas sus energías al servicio del Estado.

Nuestros gobernantes tienen una gran culpa en todo esto que ocurre y es condenable y pudiera tacharse inclusive de despilfarro; y es qué, en general, aún en los más empingoretados y que gozan fama de rectos, justos y severos no hay aptitudes administrativas, no están a la altura de las circunstancias, sin perjuicio de servir para desempeñar todas las carteras o ministerios.

Veamos un ejemplo: lo que ocurre en el Ministerio de la Gobernación ocurrirá seguramente en los demás.

El presupuesto de Correos y Telégrafos tuvo este año un aumento muy considerable y del que no han salido beneficiados ni los servicios ni el personal a ellos afecto. Este aumento sólo ha servido, a nuestro juicio, para aumentar el proletariado oficial, creando unas quinientas o más plazas, de pobres de levita. Si el dinero invertido en desfusionar estaciones u oficinas se hubiese empleado en mejorar los sueldos del personal de ambos cuerpos, el servicio nada hubiera perdido, pero en cambio los funcionarios hubieran ganado mucho; esa satisfacción interior tan necesaria y tan recomendada y ponderada en todas las ordenanzas, se hubiera puesto a tono.

Pero en este país donde los políticos llegan a ocupar los altos cargos de la administración sin la más elemental instrucción, acerca de los servicios que se le confían, tiene que suceder eso y mucho más; porque como saber no saben, pero cortos ni perezosos tampoco son; y metiéndoseles una cosa en la mollera, aunque sea el mayor de los disparates, se salen con la suya, y a este quito y al otro pongo, tuerto o derecho, consumatum est o finis coronat opus. Por eso las famosas reformas de los servicios de Correos y Telégrafos llevadas a cabo por un celosísimo ministro de la Corona, contra viento y marea, sin que ni siquiera le detuviera la consideración de que sólo España era la excepción, marchaba por opuesto camino a todas las administraciones de Correos y Telégrafos del mundo. Dígalo Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Austria, etc. ¿Es que España se encuentra en mejores condiciones económicas que esas grandes naciones para permitirse ese lujo de personal doble? No; lo que pasa es que en aquellos países hay al frente de la administración hombres competentes que se cuidan de hacer progresar los servicios públicos a la par que dotan bien al personal. En nuestro país pueden más las exigencias de los amigos; y los políticos cuidanse más de satisfacerles que de mirar por el bien general.

Por eso, pagando culpas ajenas, hay que oír el célebre dicho, de sanguijuelas del Estado, sin frío ni calor y para eso quema uno las cejas, estudiando en sus mocedades, para conquistar una plaza en reñida oposición, pasando mil penurias, y después de 40 años de servicios día por día, viejo, decrépito, caduco, con un pié en la sepultura, se le regateen unas pesetas, que tantos otros se ganan en mucho menos tiempo y trabajo; por lo menos con libertad e independencia y sin grandes mortificaciones, estudios ni molestias; y es que, como dijo no sé quién, el mundo es ansí.

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PARA ROTATIVO Y EN PRO DE LA EXCURSIÓN

Con muchísimo gusto leímos el artículo de Rotativo reseñando una excursión marinense a Villagarcía que quedó en proyecto por el mal tiempo pero que si no pude seguir viaje, hizo escala y fondeó en Bueu. Con este motivo y así como de pasada, pregunta Rotativo cuando se verificará la nuestra, tantas veces anunciada. Tiene razón Rotativo, pero esa excursión, de hacerse, tenía que ser algo grande, que fuera sonado, porque excursiones y buenas ya perdimos la cuenta de las que llevamos hechas. A este propósito, recordamos, que hace tiempo, se decía que el Liceo Casino pensaba organizar una excursión monstruo en la que tomarían parte los socios y las familias; pues a la celosa Junta de la distinguida sociedad brindamos el recuerdo, y los activísimos vicepresidente y secretario y demás cargos de vocales tienen palabra porque del presidente ya no hay que hablar, fue, es y será materia dispuesta siempre, a respetar la voluntad de las mayorías y dar gusto y agradar a sus consocios; lo sabemos de buena tinta, y es de rigor en todos los presidentes que así sea.

Rotativo, en el que adivinamos un excelente muchacho, vivo de imaginación ingenioso, graciosillo, y de buena memoria, suéltanos en su amena parla, con enjundia y esprit, cuatro frescas para... refrescarnos la idem; y en estos días calurosos y tal, no viene mal... el fresco hasta de ventiladores... y conste que esto no va con él ni siquiera con la empresa del alumbrado ¡cualquiera se los contrata! –los ventiladores- a la eléctrica tan caro como corre el fluido! Si así no fuera sería cosa de pensarlo y colocarlos en el Liceo para beneficio de los señores socios, y acaso perjuicio del conserje que no tiene manos para servir re... frescos, a pesar de la ayuda incesante del botones, a sus órdenes...Pero no divaguemos... (¡!)

Por mi parte, y aunque un grano no hace granero, ni un voto gana elección, pero se cuenta, soy, aunque ya viejo, un socio con el que se puede contar tanto más, cuanto que desde hace un par de domingos estoy que chocheo babeando y todo, con los piropos rubicundos, por no excederme más en el lenguaje, que arrogante y gentil, guapa muchacha, dicharachera y fresca dirigió al gachó más gachi de no se cuantas leguas a la redonda... según ella.

Además que otras pollas bellas y simpáticas también "ya me lo han dicho" así que ardo en justos deseos de complacerlas... a todas.

Aquí me tienes pues amigo Rotativo, dispuesto a secundarte y hacer el toro y recibir si se tercia, unas cuantas verónicas con los finos bordados mandiles, de telas sutiles manejados con garbo, por las finas manos de chicas tan guapas y vapor... osas y también unas banderillas en la cruz, con los abanicos, y como remate la suerte suprema sacrificando la vida, ¡que tan poco vale!... ¡¡y todo por ellas!!

Esto como ves, ni es filigrana, ni arte de buen decir ni nada; son sentimientos toreros, nada más que sentimientos flamencos, que temo que con el calor se liquiden.

Así pues, Rotativo animoso, Rotativo, excelente muchacho y cariñoso amigo, no abandones la excursión y quiera Dios que te urga y cosquillee sin descanso el deseo, y que la retozona idea no te deje y si quieres que te ceda el puesto te lo cedo; pero no le temas al toro, pues ya sabes que por ahora, que se sepa, nadie ha muerto de una cornada de burro...

Uno mis plácemes a los que te dedica el simpático semanario Marín, de la villa hermana, y queda a las resultas, ansiando divertirse y galantemente te abraza

Don Venancio

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DOS NOSOS CLÁSECOS

QUEN PREITEA...

Nantronte a Vicentiña
d’o Pazo, qu’é mullere virtudosa,
boa nai, amante esposa,
e segun moitos a millor veciña,
non sei como ventou que seu Facundo
cortexaba outra moza compracente,
que segun di a xente
xa tivera... eu non sei, cousas d’o mundo;
o conto foi que po-a mor d’os celos
o marido e muller tanto rifaron
que viñeron as maus, e non pararon
de turrar e turrar pol-os cabelos,
hastra que Xan Manoel d’as Madureiras
que por alí pasaba c’o seu gando,
o barrullo notando,
de dous brincos rubia as escaleiras
y entrou pol-a solaina berreando:
"¡Ei, Facundo, haxa paz: ei Vicentiña
dixáibos de loitar e tei vergonza,
a min asi me deran unha onza,
non me liaba co-a parenta miña!..."
Anoxóuse o Facundo pol-o feito,
e votándose o Xan enfurecido,
déulle un golpe n-o peito
qu’o deixou sin alento e sin sentido.
Cando xa folguexar poido con calma
dixo con certa sorna o magoado:
"¿Ves esta cruz? ¡Pois xúroche por ela
que ou o demo me leva en corpo e alma,
ou te deixo por portas n-o xuzgado
como fixen c’o Roque Gandarela!
¡Baterme a min! Non, pois corrinche ó mundo
cando andiven servindo o rei co-as armas,
e nunca tal me sucedeu, Facundo.
¡Inda ten que nacer quen ha de darmas!"
Tal como Xan o dixo foi pr’o leito,
deu parte o Xuez n-a forma acostumada;
o escribao, enteirandose d’o feito,
istruiu as promeiras dilixencias
o ciruxano veu, e por entrada,
dempois de barballar catro sentencias,
armóuse de lanceta, e dilixente,
déulle dúas sangrías o pacente
d’aquel coaste, como lle xamamos
cantos con ollos espantados vemos,
coma todal-a sangue que criamos
d’o corpo nol-o sacan eses demos
a qués para que nos maten lle pagamos.
O que pasou dempois ninguen poidera
creélo si patente non-o vira:
millor lle fora o Xan que se morrera
dinantes que o Xuez tal parte dira,
y-o Facundo tamen mais lle valera
que cando co-él a sua muller rifara
por mais que lle batese, que calara,
pois falando en concencia
os dous a sua imprudencia
n-a xustiza pagárona ben cara.

A curia d’a terriña
que de diante d’os preitos
ten-o instinto d’as aves de rapiña
qu’entr’o papel sellado,
dilixencias e pagos de direitos
deixa o mais litigante arruinado,
conforme co-a sentencia d’o xuzgado
-sin especial condanación de costas-
d’o Facundo e d’o Xan, (sin que perdera
n-in perdoara un céntemo xiquera)
cobrou as onzas en castelos postas
n-a mesa d’o escribao; y-os dous veciños
solo co-a gracia d’o Señor quedaron,
ois todo canto tiñan ll’embargaron,
eidos, chouza, xubencas e porquiños.

Valentín L. Carvajal.

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SUSCRIPCIÓN

para regalar un monoplano al notable aviador gallego señor Piñeiro.

4.ª LISTA

 

 

Pesetas

Sres. D.

 

José García Santaclara

5

Domingo Tomé

1,50

Juan Cestay Cerviño

1

Un regionalista

1

Suma la 4.º lista

8,50

Suma anterior

240,80

Total general

249,30

(Continuará)

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UN DÍA EN EL CAMPO

 

Requerimientos de amigos cariñosos me hicieron salir de mi retraimiento habitual para pasar unas horas deliciosas en las posesiones del Sr. Casal Calviño.

-¿Quieres? –me dijeron-. El Campo se halla en la mitad el camino de Bueu a Marín. Allí nos esperan varios amigos de este último punto, y a buen seguro que nos correremos una farra monumental.

Y allá fuimos.

En un cesto viejo, de raídos asientos, guiado por "El Castellano" –hombre rugoso, oriundo de Villalón, que con la misma soltura maneja la fusta que escancia en su boca un centenar de chiquitas –hicimos el viaje bajo el oro de un sol canicular.

Eran las doce y media cuando llegamos al campo de la fiesta, sombreado por vetustos castaños bajo los cuales bailaban algunas parejas al son de una afinada murga.

estaban allí nuestros amigos de Marín, y con los que habíamos llegado de Bueu formábamos un continente numeroso de farrristas empedernidos y recalcitrantes.

Era la hora de comer, y alentados por la amabilidad del Sr. Casal invadimos su casa en son de paz y alegría dispuestos a comer y a divertirnos hasta que al padre Sol se le ocurriese aplacar sus furores.

Estaba la mesa colocada a campo libre, sirviéndola de dosel un inmenso cerezo. Daban apacibilidad y frescura al sitio los parrales que circuían. Dominábase desde allí la ría, y allá lejos, en el mar radiante, emergían de las olas las islas de Ons, simulando gigantescos cetáceos dormidos...

Presidiola el virtuoso señor Cura de El Campo, y después de él fue colocándose la parte sesuda de los comensales, y a continuación los jóvenes, que somos alegría y esperanza.

Éramos muchos. De Marín estaban los señores D. Félix Massó, Alcalde de la villa, D. Julio Lloret, D. Casto Nuñez, D. Antonio del Río, D. Pascual Losada, D. Ricardo Rosales, D. Francisco Lino, D. José García González, D. Gabriel González, D. Ricardo Domenech, Antoñito Pazos, rapaz enjuto en cuyos ojos cabrillean los destellos de una inteligencia robusta, y Juan Martínez Rocafort que nos hizo reír con la inimitable sal de su parlar donoso.

De Bueu, los señores D. José García Parada, D. José García Santaclara, D. José Cerqueiro, D. Cesáreo Ferradás, D. Salvador, D.Ramón, D. Joaquín y D. Quinito Domínguez, D. José Garrido y don Francisco Domínguez, y el cronista.

Nada perdonó el Sr. Calviño para que nos fuesen gratas las horas que allí pasamos.

La comida suculenta y esmeradamente servida, nada tenía que envidiar a la de los grandes hoteles.

Se descorchó champagne... no hubo brindis ¿para qué?

Si brindar es beber a la salud de alguno, nosotros a fe que lo hicimos bien, pero con discreción. Y además, harto sabemos que en un ambiente de alegría y confraternidad no encaja bien la huera palabrería de un discursito que nada dice: Fascant voces dun corda locuoruntur, como diría el incomparable Rocafort.

Casi de noche salimos de la casa del Sr. Calviño altamente agradecidos a sus obsequios y alabando todos su refinado gusto para organizar fiestas como esta.

Fue el martes 24 un día que difícilmente se borrará de nuestra memoria por las gratas impresiones de galleguismo enxebre que en él recibimos.

Y aun después, cuando casi a tientas cruzábamoslos maizales de nuestra alma celta, reciamente celta, aspiró gustosa las melodías lejanas de una parranda...                                                                                                    Moi

 

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SOBRE... VINO, UNA PENDENCIA

La noche del domingo último hubo gresca en la calle de Vincenti. Unos contertulios, amoscados por cosas de poca monta, fuéronse enzarzando de palabras, liándose después a trompada limpia, saliendo descalabrados dos prójimos.

Parece que los portugueses no son ajenos a la cuestión, más bien principales autores, según dicen por ahí. Será cosa, pues, de que las autoridades encarrilen a esa gente, enviándola a su país, que es tierra de abundante morapio.

El Juzgado interviene en el asunto.

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NOTICIAS

Hállase bastante mejorada la hija de nuestro respetable amigo D. Antonio Pazos, que de resultado de un parto laborioso, estuvo grave.

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Por la laya y calle de Vincenti hay unos montoncitos de piedra, que han ido depositando para dar principio a las obras de reparación de dichas vías.

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Ha salido para Madrid, donde pasará breves días, regresando con su señora, el oficial de Telégrafos de la estación de Marín nuestro querido amigo D. Dionisio Cantalarana.

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El domingo pasado estuvo en Beluso retratando algunas familias, el fotógrafo señor Ocaña.

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Ha salido para Santiago donde pasara breve temporada en casa de sus padres, la señora de nuestro amigo el farmacéutico señor Santaclara; acompáñanle sus pequeñuelos y su hermana la elegante y vella señorita Teresita Cao.

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Se ha terminado la prolongación del caño de desagüe en la playa, al lado de la Farmacia del Sr. García Santaclara.

Resulta cosa pequeña, obra raquítica, faltándole para quedar regular, seis metros más de prolongación por lo menos; pero lo que no admite espera y es de absoluta necesidad que se haga enseguida, es la prolongación del caño, que hay después de la capilla, hacia Pescadoira; allí está en parte el caño al descubierto, quedando tan estrecha la calle que malamente pasa un coche por allí.

Señor Alcalde, señores concejales; habrá que decir aquello de, tienen ojos y no ven, oídos y no oyen?

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Nuestro querido y respetable amigo D. Eduardo Vincenti y Reguera, ilustre diputado por este distrito, ha sido nombrado Alcalde de Madrid.

Es la segunda vez que ejerce tan elevado cargo, en el que ha dado pruebas de celo infatigable, desvelándose por el progreso y urbanización de la villa y corte.

Al enviarle nuestra enhorabuena, si humilde sincerísima, deseamos con todo fervor, poder hacerlo pronto, con desbordante entusiasmo, por su llamamiento a los consejos de la corona, para que, la opinión, y sus indiscutibles méritos, le tienen hace tiempo designado.

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Hemos recibido atento B.L.M. de D. Higinio Pérez, nuevo profesor de la escuela nacional de esta villa, saludándonos y ofreciendo sus servicios.

Muy agradecidos correspondemos a su atención, deseándole muchas prosperidades y grandes éxitos en su profesión.

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Ha terminado con gran aprovechamiento, la carrera de Medicina, licenciándose en la Universidad gallega, el señor Arís, nuestro joven amigo, de la inmediata parroquia de Aldán.

Le felicitamos y deseamos grandes triunfos en su brillante carrera.

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Frente a la casa de D. José García dejaron las aguas en la arena la chalana "No me chinques", y respetando el rótulo, allí estará hasta que las aguas se la lleven.

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La misa que se dice los domingos y días festivos en la capilla de la playa, será en lo sucesivo a la 9,30 hora oficial; así lo notificó el capellán en el altar, el último domingo, quedándose sin misa la mayor parte de los fieles que no sabían la innovación.

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La fiesta del precursor San Juan Bautista, fue este año doble; pues unos la celebraron el 22, según disposición reciente de S.S. y otros, como antiguamente, el 24. Nosotros no quitamos ni ponemos fiesta, pero parécenos que en esto como en todo, hay que obedecer a quien manda y máxime si este es infalible.

Las iluminarias, como siempre. Húbolas en la playa de Beluso , en la de Bueu y calle de Vincenti y montes circundantes ofreciendo fantástico aspecto y quemándose barriles y maderas inservibles; para San Pedro también las habrá y se acabarán de quemar todos los vejestorios que estorben.

Delante de la fábrica de don Juan Tapias, hubo, como todos los años, verbena con fuegos artificiales y baile, terminándose a las doce de la noche.

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Llamamos la atención de nuestros lectores sobre el anuncio del portugués Alfredo Alfonso, que se ofrece al público para toda clase de obras de ladrillo, albañilería y pinturas.

Lo recomendamos por su laboriosidad, competencia y economía.

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En breve darán principio las obras de reparación y ornamentación en el salón del Liceo-Casino.

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Viajeros

De regreso de su vaije por España y el extranjero hállase nuevamente en esta villa D. Manuel Bares y distinguida familia.

-Se encuentra pasando unos días en casa de nuestro amigo D. Francisco Garrido, la señora maestra de Oya, y familia.

 

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